Joan Martí Aragonés, pintor del "realismo práctico y mágico"
Perteneciente a la generación del 36, retrató al Rey y al FC Barcelona
El enorme mural que preside la sala Wembley del FC Barcelona, donde aparece retratada la plantilla del Barça que ganó en 1992 la Liga de Campeones al Sampdoria italiano, es una de las obras más emblemáticas del pintor Joan Martí Aragonés, fallecido el pasado 20 de febrero en Barcelona a la edad de 72 años víctima de una grave enfermedad. La pintura paisajística y los retratos, como los que realizó a Juan Carlos I o a Plácido Domingo, centraban el interés de este artista.
Martí, barcelonés de la generación del 36, inició su formación artística a los 13 años en la academia del pintor Nola...
El enorme mural que preside la sala Wembley del FC Barcelona, donde aparece retratada la plantilla del Barça que ganó en 1992 la Liga de Campeones al Sampdoria italiano, es una de las obras más emblemáticas del pintor Joan Martí Aragonés, fallecido el pasado 20 de febrero en Barcelona a la edad de 72 años víctima de una grave enfermedad. La pintura paisajística y los retratos, como los que realizó a Juan Carlos I o a Plácido Domingo, centraban el interés de este artista.
Martí, barcelonés de la generación del 36, inició su formación artística a los 13 años en la academia del pintor Nolasc Valls y la amplió en la Escuela de Bellas Artes de Sant Jordi y después realizando otros estudios en Italia y París gracias a varias becas. De su pintura, siempre en estilo figurativo, dijo Josep Pla que estaba llena de un "realismo práctico, casi mágico, extremadamente inteligente y agradable". Conocido sobre todo como retratista de personajes famosos de la vida pública y cultural española -desde Jordi Pujol a Xavier Cugat pasando por Frederic Mompou o su admirado Kubala-, el escritor Francisco Candel describió en su día su paleta como "rica de temas y tonalidades, y su policromía bien cuidada, sin estridencias pero con exactitud".
Gran aficionado al golf, Joan Martí era padre de la golfista Paula Martí, poseedora de cuatro títulos del Circuito, número uno en Europa en 2002, segunda en el British Open del mismo año, y mejor deportista española de su especialidad a nivel internacional. Su yerno, Iván Corretja, le define como una persona que tenía "gran sentido del humor, un avanzado a su tiempo y un bon vivant que disfrutaba cada mañana desayunando con sus amigos en el bar Catalunya de Sant Cugat. Preocupado por todo lo que era arte y pintura".