Matar por amor y por dinero

Detenidos un hombre y una mujer que planeaban el asesinato de la pareja de ella y del suegro de él

No querían mancharse las manos, pero querían verlos muertos. Jesús M. P., Suso, estaba casado con la hija de un adinerado empresario madrileño. Ana Belén E. G., mantenía una relación con otro compañero de trabajo. Pero Jesús y Ana Belén, además de compañeros de trabajo, lo eran de alcoba, a espaldas de sus parejas. Querían deshacerse del amante de ella y del suegro de él para cobrar, de forma indirecta, la herencia del empresario.

Pero no se atrevían a empuñar un arma. Preferían pagar. A 4.000 euros el cadáver, el negocio les podía salir a cuenta. Decidieron buscar un sicario a t...

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No querían mancharse las manos, pero querían verlos muertos. Jesús M. P., Suso, estaba casado con la hija de un adinerado empresario madrileño. Ana Belén E. G., mantenía una relación con otro compañero de trabajo. Pero Jesús y Ana Belén, además de compañeros de trabajo, lo eran de alcoba, a espaldas de sus parejas. Querían deshacerse del amante de ella y del suegro de él para cobrar, de forma indirecta, la herencia del empresario.

Pero no se atrevían a empuñar un arma. Preferían pagar. A 4.000 euros el cadáver, el negocio les podía salir a cuenta. Decidieron buscar un sicario a través del vigilante de seguridad de la empresa en la que ambos trabajaban. El plan se fue a pique cuando el intermediario decidió denunciarlos. Ana Belén y Jesús fueron arrestados, y los homicidios, frustrados.

Ocurrió en una empresa funeraria en la que trabajaban los dos detenidos, ambos españoles, ella de 36 años y él de 31. También trabajaba allí la pareja de ella, J. A. P. J., de 41 años, al que planeaban asesinar por motivos sentimentales, según la Jefatura Superior de Policía de Madrid. El dinero provendría de la otra parte. Lo cobraría Jesús, a través de la herencia de su mujer, cuando asesinaran a Mariano L. P., de 64 años, suegro acaudalado de Jesús y segundo objetivo del plan.

Ana Belén se hizo con las llaves de la casa del empresario y con fotografías, tomadas en el ámbito familiar, de los dos hombres a los que querían ver muertos. Entregó todo el material al vigilante de seguridad de la empresa funeraria en la que trabajaban. También le proporcionó detalles sobre hábitos y horarios de los hombres. Junto a las fotografías y las llaves, la mujer aportó un anticipo de 3.000 euros al vigilante para que buscase a un asesino a sueldo.

El primero en morir debía ser el amante de ella. Ana Belén dio instrucciones precisas: cuando el sicario lo matara en el aparcamiento de la funeraria, recibiría los otros 1.000 euros acordados. Después pasaría a encargarse del suegro de Jesús, a quien mataría en su vivienda de Pozuelo de Alarcón por el mismo importe y con los mismos plazos de pago, según declaró el vigilante de seguridad, quien a finales de enero acudió a los juzgados a mostrar todo el material que le había proporcionado la mujer.

El Grupo I de la Brigada de Policía Judicial de Alcalá de Henares identificó y detuvo a la mujer, acusada de homicidio en grado de tentativa, que se negó a declarar. Los agentes iniciaron una investigación para saber de dónde había sacado el dinero. Fue así como dieron con su amante, Jesús, el yerno del acaudalado empresario.

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La policía acreditó que fue él quien había prestado el dinero a Ana Belén y procedieron a su detención. Jesús reconoció que había prestado 3.000 euros a su compañera de trabajo, pero negó que conociese lo que ella quería hacer con el dinero y aseguró que ella se lo pidió para resolver "problemas económicos". Ninguno de los detenidos tiene antecedentes policiales. Ambos pasaron a disposición del Juzgado de Instrucción número 3 de Alcalá, tras lo que, según fuentes cercanas al caso, fueron puestos en libertad.

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