Análisis:Elecciones 1-M | La campaña

Depende o no

En la recta final de la campaña, los tres candidatos ajustan sus estrategias en busca del votante indeciso. El candidato Feijó09 se ha ido desprendiendo de metáforas políticamente correctas para enunciar sin complejos una propuesta reaccionaria y además orgullosa de serlo. Quintana y Touriño han abandonado la terapia de pareja recetada a sus votantes apelando a lo mucho vivido juntos o a la amenaza de lo que se encontrarán calle. Ambos han pasado al ataque contra un adversario a quien permitieron crecer mientras se blocaban por los pasillos de la Xunta. Quintana concentrando su fuego e una dir...

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En la recta final de la campaña, los tres candidatos ajustan sus estrategias en busca del votante indeciso. El candidato Feijó09 se ha ido desprendiendo de metáforas políticamente correctas para enunciar sin complejos una propuesta reaccionaria y además orgullosa de serlo. Quintana y Touriño han abandonado la terapia de pareja recetada a sus votantes apelando a lo mucho vivido juntos o a la amenaza de lo que se encontrarán calle. Ambos han pasado al ataque contra un adversario a quien permitieron crecer mientras se blocaban por los pasillos de la Xunta. Quintana concentrando su fuego e una dirección y Touriño disparando en todas, en otra muestra de cierta tendencia a confundir la equidistancia y la presidencia.

PSOE y BNG aplican la lógica del "depende" al valorarse y su electorado maneja idéntico criterio

El discurso del candidato Feijó09 ha ganado claridad: su mensaje es básicamente un no rotundo a cuanto se ponga delante. La gran oferta de la derecha consiste en arrancar de raíz todos los símbolos del famoso cambio que según muchos no hubo, pero parece dará trabajo y llevará tiempo desmontar. Los Populares ofrecen sus servicios como brigadilla de demolición. Derogarán la política lingüística para retornar a los felices tiempos donde todo quedaba en ardorosas declaraciones del amor al idioma, sin implicar obligación de hacer algo para mejorar su situación. Dinamitarán el consorcio de servicios sociales, símbolo infernal del afán de control nacionalista, para retornar a cuando cada alcalde hacía política social a su manera y la Xunta ponía la pasta sin hacer preguntas. Derruirán las odiosas galescolas donde se somete a los niños a escarnios tales como llevar mandilón o educarles en gallego. Anularán el concurso eólico por amañado para tornar a las concesiones por el procedimiento digital y los principios de amistad y fidelidad. Sin concurso, sin irregularidades; muerto el perro, se acabó la rabia. Levantarán las restricciones impuestas a la vigorosa creatividad de constructores y promotores, que ha hecho de nuestras costas y paisajes un referente de cuidado y protección envidiado en el mundo entero. Entre este frenesí del no, un sí al debate del candidato Feijó09 queda fuera de lugar. El trato es la destrucción de cuanto recuerde. Ya nos iremos enterando por el DOG cuando manden. Un ejemplo: la Diputación de Pontevedra ofrece puestos de trabajo en plena campaña con el único requisito de caerle bien en una entrevista a Louzán y Feijó09 aduce no estar enterado y que eso toca en municipales. Los Bipartitos han explicado hasta la factura de una nevera de 30 euros. Los Populares no saben, no contestan, en un caso de compra de votos. Que se expliquen ellos.

Bien empaquetado en una estética que mezcla con habilidad el ritmo sincopado de la MTV con el costumbrismo familiar de Cuéntame, el discurso emerge rotundo y ya no oculta sus principios reaccionarios. Frente a esta propuesta de demolición sumarísima, nacionalistas y socialistas han contestado que depende. Los férreos marcajes de la legislatura sólo fueron reemplazados en campaña por una calculada omisión mutua. En vez de construir un relatorio de la acción de gobierno también contundente, los Bipartitos han aplicado la firmeza selectiva a su parte y la "abstención crítica" al otro. Y si sus protagonistas aplican la lógica del "depende" a su propia valoración, no debería sorprenderles que sus electorados manejen idéntico criterio. La indecisión de tres de cada diez electores socialistas tiene algo de reprobación hacia la estrategia presidencialista de Touriño. La desmovilización de uno de cada diez votantes nacionalistas tiene algo de censura a la actitud de una organización que ha jugado más de la cuenta a ser gobierno y oposición.

A esta disyuntiva a la gallega entre el no o el depende la llaman en otras partes elegir entre acción o reacción. De ahí que la confrontación gire esta vez más sobre los matices del carácter de los candidatos y sus valores y principios y menos sobre la manida y simple competencia entre promesas de plazos e infraestructuras. El 1-M se escoge entre concepciones diferentes de la política, no entre diferentes trazados del AVE. Acción o reacción, no o depende. A lo mejor por eso todo parece tan raro, desconcierta tanta complejidad en un país donde la política era algo que les pasaba a los demás.

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