El dulce delirio de Hannibal cierra la pasarela

La Semana de la Moda concluye con un aumento del apoyo institucional

El gran circo de la moda valenciana echó el telón. La de ayer fue una jornada caracterizada por un lleno hasta la bandera de lolitas góticas, políticos, cargos institucionales y las celebrities del cap-i-casal. Y es que la Semana de la Moda en Valencia se encuentra en continuo proceso de renovación con algunos nombres nuevos, una infraestructura que va prosperando edición tras edición y un apoyo político e institucional bastante significativo.

Por primera vez en la historia de la pasarela, el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, ha asistido a uno de los desfiles....

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El gran circo de la moda valenciana echó el telón. La de ayer fue una jornada caracterizada por un lleno hasta la bandera de lolitas góticas, políticos, cargos institucionales y las celebrities del cap-i-casal. Y es que la Semana de la Moda en Valencia se encuentra en continuo proceso de renovación con algunos nombres nuevos, una infraestructura que va prosperando edición tras edición y un apoyo político e institucional bastante significativo.

Por primera vez en la historia de la pasarela, el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, ha asistido a uno de los desfiles. Al del alicantino Hannibal Laguna. Hay dos maneras de acercarse a una colección de Hannibal: como fiel admirador, predispuesto a la emoción por los rasos y drapeados, o (y no por el contrario) al encuentro del espectáculo red carpet en sí; las percepciones pueden resultar engañosas. Sweet Delirium retoma las siluetas frágiles y bien definidas. Los volúmenes aparecen firmes cortados al bies y contrastados con sinuosas gasas vaporosas. La paleta de colores bien femenina en rosa palo, nácar, azul porcelana y destellos metálicos. Espectáculo puro.

Políticos, 'celebrities' locales y lolitas góticas llenan la última jornada

Los viveros de nuevos talentos generan nuevos nombres con tanta celeridad que enseguida hace que todo lo novedoso que fue un día parezca lejano. La Semana de la Moda de Valencia termina más rejuvenecida, en edad, que no en propuestas, que como empezó. Dos desfiles mega-colectivos marcaron ayer el día. La jornada se inició con el desfile de Modakaos, una selección de 11 estudiantes de diseño de la Comunidad Valenciana. Unas propuestas que respiran de una manera adolescentemente alocada y arrogante. Y eso en ocasiones es de agradecer. Jóvenes diseñadores en pleno tránsito a la elaboración pulimentada de personalidades decisivas. Prendas que se han caracterizado por acentuar la deconstrucción de géneros y patrones, uso y abuso de la geometría, y pasión desenfrenada por los uniformes. Aunque, eso sí, algunos, buscando la máxima originalidad y modernez, llegan a perder el norte y sus apuestas son a la moda lo que los enanos de escayola a los jardines: bizarras, pero que te arrancan una sonrisa.

Por la tarde, la Zona D, empeñada en vigorizar el mundillo de la moda local, presentó el trabajo de ocho diseñadores. De nuevo, de todo, como en botica. Destacó con diferencia el trabajo de Retal Reciclaje Creativo, obsesionados en sacarle partido a las viejas cortinas y tapicerías y convertirlas en prendas voluminosas y muy bien construidas; Loolah y su línea de piezas ondulantes en beiges y tostados; La Cinta Roja (Premio Zona D 2009), con su versión infantil -pero nada naíf- de los yogurines británicos enfundados en body-camisa y guantes mitones; y los disfraces, bien patronados eso sí, de Fidel David, sus lolitas góticas y lo mejor del cosplay valenciano.

Desfile de Hannibal Laguna, ayer.TANIA CASTRO
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