Puro Calders

Según Pere Calders, durante el viaje de regreso de su exilio en México, en 1962, se perdió uno de los baúles que contenía objetos personales del escritor y el manuscrito de la novela La cèl·lula. Con los años, algunas de estas pertenencias han aparecido, pero de la novela que explicaba la creación de una célula en el PSUC, no se ha vuelto a saber nada. En espera de que ocurra el feliz hallazgo, acaban de ver la luz las dos últimas novelas inéditas del autor de cuentos memorables como los de Invasió subtil i altres contes. Las obras publicadas por la Universidad Autónoma de Barcel...

Según Pere Calders, durante el viaje de regreso de su exilio en México, en 1962, se perdió uno de los baúles que contenía objetos personales del escritor y el manuscrito de la novela La cèl·lula. Con los años, algunas de estas pertenencias han aparecido, pero de la novela que explicaba la creación de una célula en el PSUC, no se ha vuelto a saber nada. En espera de que ocurra el feliz hallazgo, acaban de ver la luz las dos últimas novelas inéditas del autor de cuentos memorables como los de Invasió subtil i altres contes. Las obras publicadas por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y el Institut d'Estudis Catalans (IEC) son La marxa cap al mar y Sense anar tan lluny, y según los editores, son textos que están a la altura de la mejor literatura caldersiana y demuestran su calidad como novelista. Son puro Calders.

Cuando las tramas y los personajes están definidos, las novelas acaban bruscamente

Entre la documentación que Calders cedió a la UAB, tras nombrarlo doctor honoris causa en 1992, estaban los manuscritos de cuatro novelas inacabadas. El pasado otoño, Edicions 62 publicó La ciutat cansada, y la revista Els Marges, la novela de juventud L'amor de Joan. Con la publicación de estas dos nuevas novelas, Jordi Castellanos y Joan Melcion, expertos en Calders y editores de las cuatro novelas, dan por acabada la publicación de la obra del escritor, "a no ser que aparezca La cèl·lula", dijo Castellanos.

Las dos novelas hablan de comportamientos colectivos, de falsedades y de situaciones absurdas, según los editores. En La marxa cap al mar, escrita a principios de los años sesenta, durante el exilio, se narran los problemas sociales y políticos producidos tras el choque de dos culturas, cuando los conquistadores de México intentan cambiar la dieta de los indígenas. En Sense anar tan lluny, la colectividad son los catalanes. La novela, escrita a finales de los sesenta, cuando Calders había regresado a Cataluña, recoge los cambios vividos en el país, sobre todo los provocados por la llegada masiva de inmigrantes. La acción se centra en las vivencias de tres nuevos pueblos, Burgdabans, Araburg y Burgdesprés, creados por un magnate americano en el Vallès, que, a modo de parque temático, representan los modos de vida antiguos, actuales y futuros.

Según Castellanos, en los dos casos ocurre lo mismo: "Cuando los personajes están ya definidos, empiezan a apuntarse los argumentos y el lector a pasárselo bien con la ironía típica de Calders, las novelas acaban bruscamente". La clave puede estar, a juicio de Castellanos, en las cartas conservadas de este autor, como una que escribe a su padre en la que afirma vivir un proceso de cambio de su escritura y que no encontraría ni editorial ni público para esas historias.