Necrológica:

Mercè Conesa, periodista de los que no tienen voz

Una llamada al móvil, algo tan corriente y tan normal, como tantas que se reciben a lo largo de un día, resultará no tan normal ni tan corriente. Es una mala noticia; aquella que nunca se quiere recibir ni oír. Pero no, la voz que llega a través del receptor es clara, nítida aunque triste: "Se ha muerto Mercè". Y lo primero que recuerdo es una de sus frases, siempre tan sinceras, tan sentidas y tan honestas que han marcado profundamente su trabajo como periodista: "La verdadera democracia es dar la voz a los sin voz". Tenía 55 años.

Hace sólo un dos meses, el Colegio de Periodistas de C...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Una llamada al móvil, algo tan corriente y tan normal, como tantas que se reciben a lo largo de un día, resultará no tan normal ni tan corriente. Es una mala noticia; aquella que nunca se quiere recibir ni oír. Pero no, la voz que llega a través del receptor es clara, nítida aunque triste: "Se ha muerto Mercè". Y lo primero que recuerdo es una de sus frases, siempre tan sinceras, tan sentidas y tan honestas que han marcado profundamente su trabajo como periodista: "La verdadera democracia es dar la voz a los sin voz". Tenía 55 años.

Hace sólo un dos meses, el Colegio de Periodistas de Cataluña reconocía sus méritos, al otorgarle el premio Oficio de Periodista, como persona comprometida con la profesión y con sus principios éticos y como persona que ha sabido ejercer de periodista como un acto de servicio a la sociedad y, en particular, a las personas más desfavorecidas. Su capacidad de escribir sobre aquello que realmente interesaba a la gente le han hecho una informadora inigualable. Junto a ello su espíritu, siempre crítico, se hizo patente, una vez más, en el acto de entrega del galardón, al reflexionar sobre la situación del periodismo y de los profesionales y las causas que, a su parecer, hacen daño a la profesión: infinidad de estudiantes en las facultades ante un futuro incierto; crisis en las empresas; las tecnologías que han hecho evolucionar los métodos, pero poco los valores; dejar que en demasiadas ocasiones se confunda espectáculo y periodismo; olvidarse de los principios éticos, de la veracidad, del contraste en las informaciones, de la falta de rigor, y, sobre todo, prescindir de profesionales que, por cuestión de edad, se ven relegados en sus funciones periodísticas.

Así era, así ejerció su profesión Mercè Conesa: "Dispongo de una fórmula para seguir comprometida con esta profesión: salir a la calle y preguntar, saber lo que pasa y contarlo".

Mercè Conesa.

Archivado En