Sánchez Galán pide al Gobierno que ponga fin al déficit tarifario
El presidente del grupo Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, afirmó ayer, durante la presentación del Tratado de regulación del sector eléctrico -editado por Iberdrola y Thomsom-Aranza-, que es fundamental "evitar medidas parciales y transitorias, fruto de determinadas coyunturas y de necesidades políticas ajenas al sector, que luego tienen importantes efectos negativos estructurales, como es el caso del déficit tarifario". Sánchez Galán aseguró que ese déficit "se arrastra por no haber ajustado los precios a la realidad de los mercados, cuyo coste y consecuencias estamos pasando a futuras...
El presidente del grupo Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, afirmó ayer, durante la presentación del Tratado de regulación del sector eléctrico -editado por Iberdrola y Thomsom-Aranza-, que es fundamental "evitar medidas parciales y transitorias, fruto de determinadas coyunturas y de necesidades políticas ajenas al sector, que luego tienen importantes efectos negativos estructurales, como es el caso del déficit tarifario". Sánchez Galán aseguró que ese déficit "se arrastra por no haber ajustado los precios a la realidad de los mercados, cuyo coste y consecuencias estamos pasando a futuras generaciones".
El ejecutivo de la eléctrica española dio una de cal y otra de arena al Ejecutivo. Abogó por una regulación eléctrica "dotada de señales claras, predecibles, sostenibles en el tiempo y que incentive la inversión", una crítica velada a un marco regulatorio cambiante en los últimos años. Pero a renglón seguido añadió: "Afortunadamente, la Administración actual ha dado un paso adelante en asuntos como el déficit tarifario y se ha comprometido con la resolución del problema en este ejercicio".
En un concurrido acto en la Bolsa de Madrid en el que participaron el consejero delegado de PRISA, Juan Luis Cebrián, y el Nobel de Economía Edward Prescott, Sánchez Galán se ciñó al guión habitual de las grandes empresas españolas y abogó por "profundizar en la liberalización" en el mercado doméstico y por "una política energética común" en el conjunto de Europa, con mayor integración para evitar los problemas relacionados con el riesgo de desabastecimiento.