Reportaje:Comienza el Abierto de Australia

El impulso de Mar del Plata

Verdasco y López se agarran al éxito en la Copa Davis para lanzar sus carreras

Resuenan los gritos, truenan aún las gargantas de las barras bravas, todavía se siente la gloria, el éxito, la remontada. Todo eso ocurre en la cabeza de Fernando Verdasco, el tenista que dio a España el punto definitivo para ganar la Copa Davis en Mar del Plata, mientras intenta huir de la derrota. Ocurre en el Torneo de Brisbane, el primero de la temporada. El madrileño marcha un set abajo contra el francés Serra. Parece camino de una derrota decepcionante, un nuevo borrón en el historial de un tenista que apuntaba a brillante. Y en su cabeza, de repente, suena la música de Mar...

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Resuenan los gritos, truenan aún las gargantas de las barras bravas, todavía se siente la gloria, el éxito, la remontada. Todo eso ocurre en la cabeza de Fernando Verdasco, el tenista que dio a España el punto definitivo para ganar la Copa Davis en Mar del Plata, mientras intenta huir de la derrota. Ocurre en el Torneo de Brisbane, el primero de la temporada. El madrileño marcha un set abajo contra el francés Serra. Parece camino de una derrota decepcionante, un nuevo borrón en el historial de un tenista que apuntaba a brillante. Y en su cabeza, de repente, suena la música de Mar del Plata. "Puedo remontar", se dice. "Si remonté en la Davis, ¿por qué no voy a poder hoy?". "Creo que eso estará en mi cabeza toda mi vida", reconoce.

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Verdasco no lleva en Melbourne el pañuelo de bucanero con el que juega en Australia. Tampoco la piel le protege la nariz, totalmente pelada. Le acompaña su padre, y el ruido de la fanfarria: el madrileño llegó tras perder las finales individual y de dobles de Brisbane. Aterriza en el primer grande del año como número 15 del mundo, y tras perder por los pelos una exhibición contra Federer (6-3, 3-6, 7-6).

Objetivo: la temporada

No está solo Verdasco en su intento de relanzar su carrera al calor de la tercera Ensaladera de España. Feliciano López, como él enfrentado a un cuadro de cuidado, también quiere hacer de 2009 el año del cambio.

El toledano se lo está pasando bien en el entrenamiento, y procura que el público se entere. "Thanks Lord!", grita mirando al cielo, porque un saque directo le acaba de salvar de ceder un break en el set de entrenamiento que juega contra Andreev. López, que esta madrugada debutó con molestias en un tobillo contra el luxemburgués Muller, tiene las miras puestas en algo más que Australia. El objetivo es la temporada.

"Soy consciente de que en Argentina di mi mejor nivel, que en un momento complicado supe sacar lo mejor de mí. Eso me tiene que ayudar a creer más en mí y a jugar a ese nivel". ¿Cómo se encuentra? "Empezar de cero otra vez es complicado", explica. "Me cuesta mucho empezar, y que una vez que entra en ritmo y gana un par de partidos se siente mucho mejor".

Verdasco y López, que como el resto de españoles busca el mejor momento para reunirse en Australia con Albert Costa, el nuevo capitán, fueron los héroes de la Davis. Desde hoy viven una oportunidad inesperada: reescribir sus carreras a la medida de un título y un éxito con los que nadie contaba.

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