Navarrés despide a Humet
Emotivo entierro del cantante en su localidad natal
"Llega el otoño a Navarrés de nuevo, va encaramándose a los olmos sobre el sendero..." En su localidad natal no podía ser de otra forma. Con las estrofas de Otoño en Navarrés (1982) recibieron ayer dos centenares de vecinos los restos mortales del cantante Joan Baptista Humet, que falleció el domingo en Barcelona a los 58 años abatido por un cáncer de estómago. Todos quisieron dar el último homenaje a su paisano más ilustre a pesar de un frío -seis grados a mediodía- que según la canción "le pone abrigo al sol y medias a las mozuelas".
"Juanón, ahora estarás siempre con nosotros"...
"Llega el otoño a Navarrés de nuevo, va encaramándose a los olmos sobre el sendero..." En su localidad natal no podía ser de otra forma. Con las estrofas de Otoño en Navarrés (1982) recibieron ayer dos centenares de vecinos los restos mortales del cantante Joan Baptista Humet, que falleció el domingo en Barcelona a los 58 años abatido por un cáncer de estómago. Todos quisieron dar el último homenaje a su paisano más ilustre a pesar de un frío -seis grados a mediodía- que según la canción "le pone abrigo al sol y medias a las mozuelas".
"Juanón, ahora estarás siempre con nosotros", le dio la bienvenida la concejal de Cultura, Laura Martínez, junto a otros ediles de la corporación, el alcalde Vicente Huesca, la alcaldesa de Anna, Ana Barceló, y la diputada socialista Ana Noguera. La ausencia de figuras institucionales pasó inadvertida. Pero no faltó su amigo el cantautor valenciano Paco Muñoz.
El féretro fue recibido con la canción 'Otoño en Navarrés'
Con el féretro frente al consistorio, y con las estrofas, la emoción embargó hasta a los más jóvenes. "Esta canción y Hay que vivir son las más bonitas", explicaba con los ojos húmedos Eva Prieto, de 28 años. Su hermana Aroa, de 23, prefería Terciopelo porque "se la dedicó a su hijo Juan cuando estaba en el vientre de su madre". Y también con la vista nublada Ana Martínez, de 24, hija de un amigo del cantante, recordaba la llamada que Humet les hizo días atrás para despedirse. Ya no habrá más reuniones en navidades y verano en Navarrés.
En la iglesia, su hermano Esteban, cura, explicó que su mayor ilusión era haber pasado la Navidad con toda la familia. No pudo ser. Ayer le dieron el último adiós su madre, Rosario, su tía Herminia, varios hermanos, su actual mujer, su ex mujer, y tres de sus cuatro hijos: Juan, Esteban y Pier. La comitiva pasó junto a su casa de la calle del Remedio y, camino del cementerio, por la calle que el pueblo le dedicó en 1987.