Reportaje:MÚSICA | Perfil

El pop contagioso de Teddy Thompson

Espero que amanezca un día en el que no todas las críticas de mis discos comiencen diciendo que soy el hijo mayor de Richard y Linda Thompson". El propio Teddy Thompson lo expone con una franca sonrisa, a sabiendas de que es difícil omitir la cuestión hereditaria. Sus padres separaron sus caminos en 1982, pero ambos han continuado unas carreras extraordinarias y los aficionados al folk-rock difícilmente olvidarán títulos conjuntos tan referenciales como I want to see the bright lights tonight (1974) o Shoot out the lights (1982). Habrá que esperar todavía una pequeña temporada. L...

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Espero que amanezca un día en el que no todas las críticas de mis discos comiencen diciendo que soy el hijo mayor de Richard y Linda Thompson". El propio Teddy Thompson lo expone con una franca sonrisa, a sabiendas de que es difícil omitir la cuestión hereditaria. Sus padres separaron sus caminos en 1982, pero ambos han continuado unas carreras extraordinarias y los aficionados al folk-rock difícilmente olvidarán títulos conjuntos tan referenciales como I want to see the bright lights tonight (1974) o Shoot out the lights (1982). Habrá que esperar todavía una pequeña temporada. La disociación de ideas llegará, sin duda. Hasta puede que a Richard y Linda les terminen identificando como los progenitores de Teddy, más que a la inversa. El primogénito tiene 32 años, ha heredado la fina ironía de su padre, la belleza y pundonor maternos y el talento de los dos, a juzgar por los cuatro álbumes en cuya portada ya figura su nombre. El último de ellos, A piece of what you need (Un trocito de lo que necesitas), le erige además en autor de algunas canciones tan contagiosas que cuesta no pasarse el día entero tarareándolas.

"Oh, mierda, mierda. ¿Estoy feliz o algo así?", se interroga nuestro protagonista en el arranque de What's this?!!, una de esas nuevas piezas tan directas como irresistibles. ¿Dónde quedó aquel jovencito lánguido, atormentado y de inequívoca inclinación melancólica que deslumbró al mundo en discos como Separate ways o su homenaje al country añejo, Upfront & down low? "Es raro que esté feliz, soy un tipo por lo general miserable", apunta desde su apartamento neoyorquino en un tono socarrón que no le abandonará durante buena parte de la charla. Y aclara: "Bueno, era broma, no me lo tome al pie de la letra. Sucede que no me resulta habitual la sensación de felicidad mientras vivo una relación, y el tema está dedicado a una que sí lo fue. Me generaba confusión eso de estar contento después de tantos años de pelea...".

Dicho lo cual, no es que el joven Thompson se haya alistado súbitamente al club de los optimistas. "He madurado un poco y ya no trato de matarme a diario a base de drogas y alcohol", anota algo más sombrío. "El cuerpo me pedía una tregua porque ya no podía saltar de la cama fresco como una lechuga tras una noche de farra". ¿La crisis de los 30, quizá? "Bah, llevo sintiéndome en crisis toda mi vida adulta, así que no he notado ningún cambio. Siempre me pareció que envejecer resulta traumático, pero ¿qué puedes hacer? Supongo que el siguiente paso será tener un crío. Es el único camino hacia la inmortalidad".

En algunas de sus nuevas composiciones, en efecto, se hace más evidente que las palabras de Teddy tienen destinatario femenino. Garboso e impoluto siempre, íntimo amigo de Rufus Wainwright y triunfador en la banda sonora de Brokeback mountain (donde cantaba I don't want to say goodbye y King of the road), Thompson ha jugado siempre con una ambigüedad sexual a la que tampoco parece dispuesto a renunciar ahora. Cuando se le pregunta si aceptaría una cita con algún admirador masculino, adopta un aire pícaro: "¡Desde luego que sí! Podríamos montar juntos a caballo por la orilla del mar...". Y si le advertimos que su nuevo aspecto promocional, tan formal y trajeado, a duras penas se corresponde con el de "feliz artista de pop", deja escapar una carcajada: "Oh, ésas son cosas de la compañía discográfica. Supongo que me querían disfrazar de Justin Timberlake o alguna tontería así. De todos modos, me veo muy elegantón. ¡Los hombres deberían ponerse traje más a menudo!".

También pertenece al capítulo de decisiones empresariales esa etiqueta de "Archivar como pop" que figura en la contraportada del álbum. "No tengo nada que ver con eso y en el fondo me da lo mismo. Con tal de que no me consideren artista de folk, todo va bien", resuelve el aludido. Teddy apunta hacia una audiencia más jovial que la de sus padres, claro, pero sus reticencias son algo equívocas. A piece of what you need es un trabajo de pop en el que se cuela una versión de los Everly Brothers (The price of love) como tema oculto, una característica común a sus cuatro discos. Y es una obra que, junto a piezas radiantes y casi festivas, incluye una balada como Turning the gun on myself: "Estoy perdiendo mi voluntad / Estoy disparando a matar / y luego volveré el revólver sobre mí". "Curiosamente es el tema más antiguo del disco", revela su autor, "pertenece a esa otra etapa más sombría. En todo caso, no conviene tomarla al pie de la letra. Tenía en mente la vena humorística de Randy Newman, más o menos".

Su amistad con los hermanos Wainwright está detrás de la elección como productor del británico Marius de Vries, el mismo hombre que dirigió a Rufus en Want one (2003) y Want two (2004), además de haber firmado discos como el Ray of light de Madonna o la banda sonora de Moulin Rouge. "Teníamos un disco de pop entre las manos y sabía que él era persona idónea para estos casos. Su mejor consejo está relacionado con el tema Can't sing straight. En su primera versión se parecía demasiado a otro, así que le cambié la melodía por completo". La estructura de las canciones es muy sencilla, pero el oyente atento advertirá algunas travesuras en los arreglos. "¡Oh, sí!", corrobora el cantautor londinense. "No nos aguantamos las ganas de incluir algunas escalas enloquecidas o extraños ruiditos de fondo. Se pueden ir descubriendo en escuchas sucesivas".

Tras un debut (Teddy Thompson, 2000) injustamente olvidado y dos discos (Separate ways y Upfront & down low) de críticas entusiastas y ventas sólo tímidas, nuestro personaje parece ahora en disposición de aspirar a mayores cotas de popularidad. Sólo él podría conseguir que, aun siendo telonero de James Blunt durante todo el otoño, la prensa especializada británica haya saludado A piece of what you need con cuatro estrellitas sobre cinco en todas las críticas. En cualquier caso, la vanidad no parece figurar en su lista de pecados. "Sólo pretendo escribir nuevos discos, pasar más tiempo en casa y decorar mi apartamento. ¡Ah, y que el Liverpool de Fernando Torres gane algo esta temporada!", resume. -

A piece of what you need. T. Thompson. Universal

El músico británico Teddy Thompson publica el álbum A piece of what you need.

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