Crónica:Copa del Rey

Épico Real Unión, sonrojante Madrid

El equipo de Schuster, a la deriva, claudica ante un heroico club de Segunda B y amplifica su crisis

El Madrid está tan fundido que es capaz de resucitar a un equipo que llevaba 80 años sin ser glorificado. El Real Unión, secuela de aquel majestuoso club que antes se llamó Racing de Irún y que llegó a gobernar el fútbol español a principios del siglo pasado, cuando conquistó cuatro Copas, acabó ayer con su larga travesía en el desierto. Causó un estrépito considerable en Chamartín. Lo suyo fue una hazaña. Pura épica. Una de esas aventuras que enraízan al fútbol con su lado más sentimental.

Lo del Madrid fue un descalabro absoluto. Lo mismo le desaira el Juventus que el Real Unión de Ir...

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El Madrid está tan fundido que es capaz de resucitar a un equipo que llevaba 80 años sin ser glorificado. El Real Unión, secuela de aquel majestuoso club que antes se llamó Racing de Irún y que llegó a gobernar el fútbol español a principios del siglo pasado, cuando conquistó cuatro Copas, acabó ayer con su larga travesía en el desierto. Causó un estrépito considerable en Chamartín. Lo suyo fue una hazaña. Pura épica. Una de esas aventuras que enraízan al fútbol con su lado más sentimental.

Lo del Madrid fue un descalabro absoluto. Lo mismo le desaira el Juventus que el Real Unión de Irún, un segunda b capaz de marcarle seis goles en dos partidos y despedirle de la Copa del Rey en Chamartín. No importa el adversario, este Madrid ha perdido la brújula: le falta fútbol, ha perdido buena parte del vigor que le caracterizaba en las dos últimas temporadas y no tiene el padrinazgo del banquillo. Schuster, tan destemplado en público, ha terminado por alienar a la plantilla en privado. Sobre el campo es un equipo despistado, aturdido, sufriente. Los suplentes, caso de Metzelder, Salgado, Saviola o Drenthe, por ejemplo, no reivindican su valía y muchos de los presumibles tampoco son meritorios. Anoche, como en tantas otras ocasiones, algunos quedaron muy mal retratados, como Marcelo y Cannavaro. El brasileño entregó la cuchara de forma parvularia en el primer tanto irundarra. Perdió la pelota, ningún compañero acudió en su auxilio y el cómodo centro de Manu García despeinó a Salgado, que midió mal el salto: gol de Abasolo. Al filo del descanso, Salcedo pilló la matrícula a Cannavaro tras una falta lanzada por el equipo vasco desde medio campo. El italiano, una vez más, estaba en la luna. El desafortunado control del jugador del Real Unión evitó una mayor escabechina para el Madrid, que se agarraba al alambre gracias al empuje de Raúl, que ya se sabe que no distingue a los rivales, y la pifia de Eduard, el meta visitante, que se pasó de largo en una ingenua salida aérea.

REAL MADRID 4 - REAL UNIÓN 3

Real Madrid: Dudek; Míchel Salgado, Metzelder, Cannavaro (Javi García, m. 46), Marcelo; Van der Vaart, Gago, Sneijder; Raúl, Saviola (Higuaín, m. 80) y Drenthe (Bueno, m. 60). No utilizados: Codina; y Antón.

Real Unión: Eduard; Larrainzar, Iglesias, Berruet, Gurrutxaga; A. Sanz, Beobide; M. García, Salcedo (Juan, m. 62), Abasolo (Goikoetxea, m. 73); y Seguro (m. 52, Romo). No utilizados: Otermin; y Castro.

Goles: 0-1. M. 13. Abasolo. 1-1. M. 36. Raúl, de cabeza tras un error de Eduard. 1-2. M. 49. Salcedo, mano a mano con Dudek. 2-2. M. 51. Raúl. 3-2. M. 68. Bueno, desde la frontal. 4-2. M. 85. Raúl cuelga un balón que entra sin que nadie lo toque. 4-3. M. 90. Romo, de cabeza.

Árbitro: M. Cantalejo. Amonestó a Seguro, Metzelder, Sanz, Sneijder, García y Gurrutxaga.

Unos 60.000 espectadores en el Bernabéu.

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El club derrocha en Drenthe lo que no concede a chicos como Bueno
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Al margen de la abnegación de Raúl, que, aunque con menos frecuencia que antaño, aún acude al rescate en ocasiones, el Madrid no emitió más señales que el gol de Bueno, un soberbio derechazo del canterano. Una noticia de primera en un club que desprecia su vivero desde hace una eternidad. Al mismo tiempo, un reflejo de la indefendible política deportiva de la institución, que derrocha en Drenthe lo que no concede a chicos como Bueno. Más allá del gol del prometedor aprendiz del Castilla, que éste relevara al holandés resulta sintomático. Como lo es también que Mata se internacionalice en el Valencia cuando la banda izquierda del Madrid no tiene fondos. Cosas de Calderón, Mijatovic y Schuster, que no acunan a los filiales, pero tampoco han tenido éxito en el rastrillo internacional, en el que se han llevado más de un desplante.

Ante un equipo entusiasta y más ordenado y simétrico, el Madrid padeció un calvario. No tuvo sosiego ni cuando se impuso por primera vez en la eliminatoria, en el minuto 85, con el tercer gol de Raúl, empecinado en evitar el naufragio. Algo impropio de un equipo que resultaba una divinidad para su adversario. Tras tanta penitencia, su defensa de nuevo fue burlada. Eneko Romo se anticipó a Marcelo, que definitivamente defiende tan mal como ataca. La gesta estaba concretada. Y la hecatombe madridista, también. La heroicidad de este inolvidable Real Unión disparó todas las alertas en el Bernabéu. Al Madrid se le avecina ahora una crisis de proporciones desconocidas.

Los jugadores del Real Unión festejan su clasificación ante la desolación de Sneijder y Van der Vaart.ASSOCIATED PRESS

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