Joan Triadú: “El siglo XX ha sido el de oro para Cataluña”
El pedagogo y escritor Joan Triadú (Ribes de Freser, 1921) afirma que el siglo XX ha sido el de oro de la cultura catalana, ya que “en esta época Cataluña ha pasado a ser un país con personalidad propia, con una lengua reconocida, un país que lucha en todos los terrenos como nadie lo había previsto”. Todo “a pesar de lo que nos han hecho y nos hacen”, puntualiza el crítico literario. Y por eso al escribir sus memorias las ha titulado Memòries d’un segle d’or.
El libro, editado por Proa, comienza en 1955, cuand...
El pedagogo y escritor Joan Triadú (Ribes de Freser, 1921) afirma que el siglo XX ha sido el de oro de la cultura catalana, ya que “en esta época Cataluña ha pasado a ser un país con personalidad propia, con una lengua reconocida, un país que lucha en todos los terrenos como nadie lo había previsto”. Todo “a pesar de lo que nos han hecho y nos hacen”, puntualiza el crítico literario. Y por eso al escribir sus memorias las ha titulado Memòries d’un segle d’or.
El libro, editado por Proa, comienza en 1955, cuando conoce a su mujer, Pilar Vila-Abadal, "el hecho más importante de mi vida", según Triadú. Y sigue a base de pequeños capítulos en los que explica sus vivencias como maestro, intelectual y activista político, y las de muchas de las personas que ha conocido a lo largo de los años, desde políticos como Ventura Gassol y Josep Manyé a escritores como Carles Riba, Salvador Espriu y Marguerite Yourcenar, entre otros.
Félix Riera, director editorial de Grup 62, calificó la obra de verdadera "pintura de época" y explicó que "es un libro de historias y de historia". Como la de Rodoreda, que le escribió a Triadú en 1960 una carta desde Ginebra para pedirle que leyera una novela que había escrito aunque no le "entusiasmaba", que acabaría siendo su obra más famosa: La plaça del Diamant.
También explica Triadú que no fue él quien impidió obtener a Josep Pla el Premio de Honor de las Letras Catalanas. “No lo recibió nunca porque nadie lo propuso, ya que las bases del premio lo impedían”, afirmó señalando que estas requerían que la aportación del ganador a la cultura catalana hubiera sido continuada. Y concluye: “Si hubieran querido darle el Nobel, yo habría firmado, pero el Premio de Honor de las Letras, no”.