Crítica:

Maneras de rugir

Los rockeros se defienden por naturaleza. Y la naturaleza y la dichosa situación económica informaban de que estamos a final de mes, en septiembre, que ya hace fresquete y que lo más prudente era recogerse en la casa hipotecada a 40 años y pasar la noche con un DVD, a ser posible, pirata.

Pues no: a eso de la medianoche, 15.000 personas felices se dejaban la garganta, y algunas el estómago, cantando Maneras de vivir, esa genialidad castiza que un día de hace muchos años se le ocurrió a Rosendo y que sirve para todo: para poner nombre a una serie de televisión, a una sección de re...

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Los rockeros se defienden por naturaleza. Y la naturaleza y la dichosa situación económica informaban de que estamos a final de mes, en septiembre, que ya hace fresquete y que lo más prudente era recogerse en la casa hipotecada a 40 años y pasar la noche con un DVD, a ser posible, pirata.

Pues no: a eso de la medianoche, 15.000 personas felices se dejaban la garganta, y algunas el estómago, cantando Maneras de vivir, esa genialidad castiza que un día de hace muchos años se le ocurrió a Rosendo y que sirve para todo: para poner nombre a una serie de televisión, a una sección de revista, a una página de Internet, al himno del Atlético de Madrid... Rosendo, tan chapado a la antigua él, innovando. Qué tipo tan especial.

UNA NOCHE SIN DORMIR

Con Rosendo, Barricada y Aurora Beltrán. Viernes 26 de septiembre. Plaza de Toros de Las Ventas. 24 euros. 15.000 personas (casi lleno).

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Habían pasado cuatro horas de un incandescente ménage à trois rockero, que arrancó a las 20.30 con la navarra Aurora Beltrán y que, sin un solo parón, llegó hasta bien entrada la medianoche. Tres grupos (Aurora, Rosendo y Barricada), todos revueltos, ofreciendo un pedazo (importantísimo) de la historia del rock español más corajudo.

"Para la peña a la que le gusta el guitarreo va a ser la leche", anunció el mito de Carabanchel en la víspera. Y no se equivocó. Allí se reunieron todos, buena parte de ellos practicado la guitarra imaginaria y el puño en alto, muchos treintañeros y cuarentones con camisetas de Leño, Platero y Tú, Extremoduro o Porretas. Rock bravo, vamos. La noche sirvió para mucho. Tanto, que algunos juraron reconciliarse con la vida. Ahí estuvo Rosendo, sin domesticar a sus 54 años, salvaje, sonando más fiero que en sus tiempos de Leño. Y Barricada, pletóricos, agresivos, macarras, auténticos, con su rock de pico y pala. Los mejores momentos llegaron cuando se reunieron todos (hasta una decena de músicos) en el escenario, para atronar con Otra -noche sin dormir o Barrio conflictivo. Hubo hasta momentos de El club de la comedia, como cuando El Drogas, voz y bajo de Barricada, soltó: "Joder, que se me traba la lengua con la piñata postiza". La naturaleza está de su lado.

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Aurora Beltrán y Rosendo, ayer en el concierto de Las Ventas.JOSÉ RAMÓN AGUIRRE

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