Entrevista:DESAYUNO CON... MONTSE MARESCH

"Si Ikea no hubiera existido, alguien lo habría inventado"

La cantina de empleados de Ikea es una torre de Babel de nacionalidades y profesiones a la que el aroma del café atraen por igual al director general que a vendedores, decoradores o encargados de la limpieza. Montse Maresch (de 43 años), directora general adjunta de Ikea Ibérica, no es una excepción.

"Éste es un concepto muy Ikea. Podemos enseñar a cualquiera a entender de armarios, de logística o de finanzas, pero si no te gusta participar, si no eres positivo, poco orientado al estatus y no tienes el esfuerzo como valor..., será difícil que puedas trabajar con nosotros".

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La cantina de empleados de Ikea es una torre de Babel de nacionalidades y profesiones a la que el aroma del café atraen por igual al director general que a vendedores, decoradores o encargados de la limpieza. Montse Maresch (de 43 años), directora general adjunta de Ikea Ibérica, no es una excepción.

"Éste es un concepto muy Ikea. Podemos enseñar a cualquiera a entender de armarios, de logística o de finanzas, pero si no te gusta participar, si no eres positivo, poco orientado al estatus y no tienes el esfuerzo como valor..., será difícil que puedas trabajar con nosotros".

La directora de la multinacional siente no disfrutar de las tiendas como clienta

Mientras va dando cuenta del desayuno a trompicones, Maresch explica que fueron precisamente esos valores y el concepto de la empresa los que la engancharon hace ya 11 años, sólo unos meses después de que el primer Ikea abriera sus puertas en España. "Había trabajado en Aviaco e Iberia y era directora de marketing del grupo Cortefiel cuando me llamó un cazatalentos que insistió en que le dijera sólo una marca para la que trabajaría. Contesté: 'Ikea'. Al día siguiente me entrevistaba con su director general en España y fue amor a primera vista. Ellos querían a una mujer que entendiera cómo vivía la sociedad española, y a mí me encantó lo que me transmitía la marca: amable, cercana, democrática... Cuando salí no tenía dudas. ¡Y fíjate, hasta me casé con un sueco que trabaja para Ikea!".

Primero fue responsable de marketing, época de la que se confiesa orgullosa: "El éxito hay que crearlo, se trabaja mucho para que todo parezca natural". Después, otra vez al estilo Ikea, le preguntaron qué quería ser y esta vez contestó: directora general de país. Dicho y hecho: dos años en Estados Unidos como directora de desarrollo de negocio y casi tres como directora de la tienda de Filadelfia abrieron el camino. Ahora, de vuelta a España, comparte el segundo escalafón de mando de las 13 tiendas de España y Portugal, en las que trabajan 8.000 empleados y facturaron 1.220 millones en 2007.

"Nuestra principal labor es trabajar con los directores de tienda para mejorar en todos los sentidos. Es fácil orientarte al producto o al espacio, pero lo importante es ver la tienda con los ojos del cliente. Ése es el reto".

También lo es alcanzar la paridad entre sus directivos, y para ello acaban de iniciar un programa a cuatro años vista. "El 80% de nuestros clientes son mujeres, en el personal de tienda llegan al 60%, pero en puestos de dirección las mujeres sólo son el 20%-30%. Queremos lograr la igualdad. Tenemos que hacer posible no tener que renunciar a la vida personal para conseguirlo".

Calidad, diseño, funcionalidad y buen precio son las claves de este invento sueco que inauguró su primera tienda en Älmhult en 1958 y que ahora cuenta con 280 centros en 36 países. En España el éxito sorprendió incluso a los más optimistas. "Ikea ha sido un gran compañero de viaje en nuestro cambio social: la familia ya no es lo que era, la casa es para vivirla como uno quiera...", explica Maresch. "Si Ikea no hubiera existido en España, alguien lo habría inventado".

Convencida de trabajar en la compañía casi perfecta, Montse Maresch reflexiona y sólo encuentra una pega: "Ahora estoy contaminada. Me da pena no disfrutar de las tiendas como cuando sólo era clienta".

Montse Maresch, la cara amable de Ikea.GORKA LEJARCEGI

Cantina de empleados de Ikea

- 2 muffis con chocolate

- 2 zumos de naranja

- 1 yogur natural bio

- 2 capuccinos

Total: 1,20 euros

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