Reportaje:

¿Y ahora qué?

La Semana de la Moda de Valencia levanta, también, acta de la crisis

La desigual Semana de la Moda de Valencia, con las propuestas para la primavera verano de 2009, culminó el pasado jueves. Se apagaron los focos, se bajaron las modelos de la pasarela, se colgaron las prendas en las perchas y ¿ahora qué? No perdamos de vista que la moda es, sobre todo, un negocio. Pese a su proverbial rapidez de reflejos, la moda no ha tardado en levantar acta de la crisis. Una crisis que, de hecho, es su propia crisis. O muchas crisis a la vez: entre otras cosas, el proceso cuestiona los canales de la producción y distribución, el sistema de ayudas, la utilidad de las citas es...

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La desigual Semana de la Moda de Valencia, con las propuestas para la primavera verano de 2009, culminó el pasado jueves. Se apagaron los focos, se bajaron las modelos de la pasarela, se colgaron las prendas en las perchas y ¿ahora qué? No perdamos de vista que la moda es, sobre todo, un negocio. Pese a su proverbial rapidez de reflejos, la moda no ha tardado en levantar acta de la crisis. Una crisis que, de hecho, es su propia crisis. O muchas crisis a la vez: entre otras cosas, el proceso cuestiona los canales de la producción y distribución, el sistema de ayudas, la utilidad de las citas escaparate. Diseñadores, comercios, industrias del textil y consumidores se ven afectados por la crisis de la economía española. El sector pierde fuerza y los consumidores no disponen de liquidez para sus compras.

"La situación esta fatal. Hoy por hoy, sólo funciona la costura de encargo"

"Se habla mucho de la crisis actual de la economía, pero nuestro sector lleva más de siete años en crisis", asegura la diseñadora Noelia Navarro. Nona presentó una redonda, y más que coherente, colección en la pasarela. Flúor, dominada por los tejidos tecnológicos (lúrex, telas que repelen el agua) y los colores fluorescentes (naranjas, amarillo, vainillas y verdes). "La situación está fatal. Lo único que nos salva a los pequeños diseñadores es la confección de prendas ceremonia", apuntilla.

En ese mismo sentido se pronuncia la diseñadora Tonuca: "El pret-a-porter no está funcionando. Hoy por hoy sólo funciona la costura por encargo, y ésta se circunscribe a la ceremonia y fiesta. A los consumidores les cuesta gastar dinero en productos de temporada, pero no en unas prendas mucho más caras para un día concreto".

Vuelta al totalitarismo de las apariencias, el exceso es uno de sus rasgos. La diseñadora valenciana Tonuca presentó quizá, la mejor colección vista en la semana de la moda. Tonuca convirtió densos conceptos en preciosas, y precisas, abstracciones sastreriles en su colección Esto es todo. "¿Y ahora qué? Ahora vuelta a la tienda taller y a esperar la temporada de invierno. Las microempresas que apostamos por el diseño y la creatividad necesitamos un mayor apoyo industrial", afirma la diseñadora.

Para Belén Juste, consejera de Industria, "en este escenario la fórmula para hacer frente a la crisis en el sector textil no es fácil, pero algunos de nuestros empresarios ya están apostando por la innovación y la introducción del valor añadido en sus productos". Desde la Administración se apunta el aumento de subvenciones al sector textil, así como el apoyo a la pasarela "el mejor escaparate posible para nuestra moda y nuestro textil".

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No todos parecen estar de acuerdo. José Zambrano, una de las revelaciones de esta pasarela, se muestra bastante escéptico con la fórmula actual de la Semana de la Moda. "La pasarela no es más que un castillo de arena que se deshace fácilmente si no cuenta con la industria detrás, y esta brilla por su ausencia en la cita valenciana". Zambrano pone en duda la proyección mediática del certamen y subraya la ausencia de compradores.

¿Son o no son un negocio las pasarelas? "Funciona muy bien en el ámbito local", afirma Noelia Navarro, "tras la semana de la moda se nota un aumento de clientes en las tiendas, pero poco más". Distribuir fuera es "una locura", según Tonuca, "y las ferias han dejado de ser un negocio ya que no se vende nada". Ambas creadoras están de acuerdo en la falta de una mayor infraestructura industrial. "Yo lo que no quiero es convertirme en una modista", sentencia Nona.

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