el tiovivo

La postal de Félix Grande

Ciudad Real. Cantaores los hay más y mejores en Jerez, en Triana, en Cádiz, ¡qué sé yo! Pero aficionados al flamenco, como en Tomelloso, en ninguna parte, desengáñate, Luis. No te digo más, sino que mi padre y mi abuelo discutían sobre el Niño de Almadén y el Niño Gloria, y no llegaban a las manos porque eran consanguíneos... El amor al flamenco de los manchegos es algo que no está en los escritos, Landero, por muchos celos que amontones en Alburquerque, que tampoco es Mérida. ¡Fíjate en esos ocho colegas de finales del XIX! ¡Fíjate en el compás de ese chorro de vino cayendo al vaso! ¡S...

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Ciudad Real. Cantaores los hay más y mejores en Jerez, en Triana, en Cádiz, ¡qué sé yo! Pero aficionados al flamenco, como en Tomelloso, en ninguna parte, desengáñate, Luis. No te digo más, sino que mi padre y mi abuelo discutían sobre el Niño de Almadén y el Niño Gloria, y no llegaban a las manos porque eran consanguíneos... El amor al flamenco de los manchegos es algo que no está en los escritos, Landero, por muchos celos que amontones en Alburquerque, que tampoco es Mérida. ¡Fíjate en esos ocho colegas de finales del XIX! ¡Fíjate en el compás de ese chorro de vino cayendo al vaso! ¡Si es que no se puede aguantar, coño, las cosas como son! Félix Grande es poeta.

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