PEKÍN 2008 | Natación

Escarlata Bernard: "Coconi ha ido a por nosotros"

El equipo español de natación vivió una pequeña tregua desde que los buenos resultados del Europeo de Eindhoven, en marzo, aplacaron las tensiones internas. La paz fingida duró hasta que la competición olímpica empezó a revelar que aquellas marcas fueron, principalmente, producto de la utilización del nuevo bañador. Ayer, tras quedar eliminada de las semifinales de 200 espalda, Escarlata Bernard resolvió disparar contra el director técnico, Mauricio Coconi, a quien, entre otras cosas, acusó de "machacar" a la estrella del equipo, Mireia Belmonte.

"Desde el principio ha ido a saco a por ...

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El equipo español de natación vivió una pequeña tregua desde que los buenos resultados del Europeo de Eindhoven, en marzo, aplacaron las tensiones internas. La paz fingida duró hasta que la competición olímpica empezó a revelar que aquellas marcas fueron, principalmente, producto de la utilización del nuevo bañador. Ayer, tras quedar eliminada de las semifinales de 200 espalda, Escarlata Bernard resolvió disparar contra el director técnico, Mauricio Coconi, a quien, entre otras cosas, acusó de "machacar" a la estrella del equipo, Mireia Belmonte.

"Desde el principio ha ido a saco a por mí y a por mi entrenador", denunció Bernard; "Coconi no es una persona digna de mi aprecio y no hablaré bien de él". La nadadora achacó su mal rendimiento, y el de otros compañeros, al maltrato que dice recibir por parte del italiano, al que llamó tirano. "No soportó que mi entrenador, Jordi Murio, discrepara sobre la oportunidad de hacer una concentración en altura en Sierra Nevada", reveló a la agencia Efe. "Desde entonces nos trató mal. Nos obligó a ir y no quiso que Murio nos acompañase a los Juegos. Le impidió dormir en la Villa, y, para evitar que lo humille, yo y mi compañero, Sergio García, le dijimos que preferíamos venir sin nuestro entrenador".

Murio fue el primer entrenador de Belmonte y ayudante de Coconi cuando llegó a Madrid en 2005. Con el tiempo se distanciaron y Belmonte cambió de manos. Algo similar sucedió entre Coconi y Paul Wildeboer, entrenador y padre de Aschwin, el único finalista español en Pekín. Sus relaciones con Joan Fortuny, preparador de Erika Villaécija, o Carlos Carnero, de Marco Rivera, tampoco han sido armoniosas.

Las medallas de los Europeos consolidaron a Coconi. Pero los recelos continuaron. El anuncio de Wildeboer de emigrar a Australia fue el primer síntoma de que algo no iba bien. Le siguió Melanie Costa, que dijo que se iba a Florida. Ayer fue Escarlata Bernard. Son la punta del iceberg.

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