Entrevista:RICKY RUBIO | Base de la selección española de baloncesto | PEKÍN 2008 | Faltan 4 días para los Juegos

"Hay que ser descarado y atrevido"

Sería injusto restringir el asombro que produce a su edad. Tiene tan sólo 17 años y juega al baloncesto como si tuviera 30. Cierto. Pero, además de eso, tiene un don natural para jugar y hacer jugar a sus compañeros. Ricky Rubio (El Masnou, Barcelona; 21 de octubre de 1990), el fenómeno ambidiestro, el jugador más joven en estrenarse en la Liga ACB, el base al que sigue ya una legión de ojeadores de la NBA y sobre quien vaticinan algunos expertos que será el número uno del draft de 2010, afronta con una naturalidad admirable el desafío de manejar un equipo, la selección española,...

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Sería injusto restringir el asombro que produce a su edad. Tiene tan sólo 17 años y juega al baloncesto como si tuviera 30. Cierto. Pero, además de eso, tiene un don natural para jugar y hacer jugar a sus compañeros. Ricky Rubio (El Masnou, Barcelona; 21 de octubre de 1990), el fenómeno ambidiestro, el jugador más joven en estrenarse en la Liga ACB, el base al que sigue ya una legión de ojeadores de la NBA y sobre quien vaticinan algunos expertos que será el número uno del draft de 2010, afronta con una naturalidad admirable el desafío de manejar un equipo, la selección española, que aspira al podio, a una medalla, en los Juegos Olímpicos de Pekín al tiempo que hinca los codos para acabar el bachillerato y sacarse el carnet de conducir.

"Lo importante no es el DNI [tiene 17 años], sino lo que haces en la pista"
"Es fácil que se te vaya la cabeza. Gracias a mi familia, mantengo los pies en el suelo"
"Mucha gente dice que me falta tiro, pero... me falta de todo. Intento mejorar"
El baloncesto en los Juegos
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Pregunta. Debe de ser tremendo disputar unos Juegos con apenas 17 años.

Respuesta. Es un sueño. No me esperaba nunca estar en la selección española y menos con 17 años. Pero, una vez en ella, resulta que estoy junto a jugadores a los que hace únicamente cuatro años veía por la tele y eran superestrellas y que ahora me están chocando la mano a mí en la pista... Es algo increíble.

P. ¿Cuál es la clave para su eclosión?

R. Hay muchos factores. Uno de ellos es el entrenador que he tenido en el Joventut, Aíto [García Reneses, el actual seleccionador nacional, sustituto de Pepu Hernández]. Me ha ayudado a saber estar tanto dentro como fuera de la cancha. También mi familia me ha ayudado mucho. Principalmente, a tocar con los pies en el suelo. Hemos sido siempre una familia humilde y seguiremos así aunque las cosas vayan bien.

P. ¿Ése es uno de los grandes peligros?

R. Es fácil que se te vaya la cabeza estando, con sólo 17 años, en un mundo profesional de adultos, junto a gente muy famosa y que tiene mucho éxito. Pero, gracias a mi familia y a mis amigos, he podido mantener, insisto, los pies en el suelo. Eso me ha ayudado mucho y ha influido también en mi juego.

P. No debe de tener miedo ni complejos.

R. Si tuviera algún miedo, no estaría aquí ni las cosas me saldrían así. Tienes que ir a por todas, jugar al baloncesto, que es lo que funciona y sirve. Da igual si juegas contra los mejores o contra los peores. Con esta mentalidad, las cosas salen, seguro.

P. Pero, antes de empezar un partido, debe de pensar: "Voy a jugar contra tal o contra cual".

R. Antes, sí. Pero, una vez que empieza, ya sólo piensas en jugar.

P. ¿Le ha hecho especial ilusión enfrentarse a alguien?

R. Había visto a Bennett en la Copa del Rey que ganó en Vitoria. Es uno de mis primeros recuerdos baloncestísticos. Es un base tremendo que sabe conducir al equipo a la perfección. Fichó por el Joventut el año en el que yo debuté y me hizo mucha ilusión compartir el vestuario con un jugador de su talla.

P. Y ahora comparte el vestuario con Pau Gasol y compañía.

R. Hace siete u ocho años, Pau era el primer catalán que entraba en la NBA y yo estaba en El Masnou. Encontrarme con él me hace también una ilusión especial. Llegué a ver la Copa del Rey de Málaga, cuando explotó como figura. Yo no sabía ni lo que era el draft, pero le eligieron en la tercera posición. Me decía a mí mismo que era muy bueno. Tenía algún póster suyo.

P. Nunca se ha dicho a sí mismo: "¡Cuánto me exigen teniendo 16 o 17 años!".

R. Lo importante no es mirar el DNI, sino lo que haces dentro de la pista. La edad es lo de menos.

P. Ha tenido que cambiar.

R. Mi estilo, no. Sí que he tenido que adaptarme al mundo profesional, a ser más táctico. De pequeño, practicaba un juego más libre en el que no había tantos sistemas. Salía lo que salía. Aquí todo es un poco más sistemático, pero no deja de ser baloncesto: el uno contra uno siempre ha existido y existirá.

P. ¿En qué ha mejorado más en la última temporada?

R. Un poco en todo. Estoy adquiriendo más experiencia, eso es obvio. Mucha gente dice que me falta tiro, pero... me falta de todo. Intento mejorar en todo. Quizás, algo más específicamente en el tiro. Pero en lo demás, también.

P. En las categorías inferiores las metía todas.

R. Cuando llegas a cierta edad, te estudian más, buscan tus puntos débiles y no te dejan hacer lo que tú quieres. Salta a la vista lo que le falta a uno o dónde flojea más. Eso es lo que ha pasado.

P. ¿Qué le cuesta más? ¿La parte física o la mental?

R. Al principio, notaba un poco que, físicamente, eran muy superiores a mí. Pero me estoy adaptando mediante el trabajo en el gimnasio y empiezo a tener el físico de un base normal. Mentalmente, nunca he tenido problemas. He salido a jugar y nunca he pensado en que tengo 14, 15, 16 o 17 años, sino en jugar al baloncesto, que es lo que me gusta.

P. En esta selección española hay varios que juegan especialmente con descaro. ¿Se añade usted a esa lista?

R. En este deporte hay que ser descarado, atrevido... Mucha parte de tu éxito se basa también en el descaro. No sé... En un momento decisivo, coger el balón y jugártela. A veces, puede salir bien o no. Pero, si no te la juegas, te quedará en la conciencia eso de "¿y si...?". Eso nunca se tiene que quedar en un jugador.

P. ¿Y los libros?

R. Leo los que tengo en el colegio y acabo de leer uno que casualmente es el mismo que estaba leyendo Berni [Rodríguez], La sombra del viento, de Ruiz Zafón. En los ratos libres también me gusta el ordenador.

P. ¿Sobrelleva bien los estudios?

R. He tenido la suerte de que los profesores han entendido mi situación y han dejado que parta el bachillerato. Me quedan dos del segundo curso, porque no tenía tiempo, y la selectividad.

P. ¿Cursará alguna carrera?

R. Sé que tengo una dificultad añadida siendo profesional del baloncesto, pero no tengo prisa. Haré una carrera, aunque tarde más años de lo normal. El año pasado empecé a pensar en alguna, como Medicina. Pero probablemente haga algo relacionado con el deporte porque es lo que más me atrae. Tal vez, Educación Física. El año que viene tendremos una charla con los profes y ya veremos.

P. ¿Y el carnet de conducir?

R. Me apunté a la teórica antes de concentrarme con la selección y tenía pensado sacármelo enseguida, pero me fui a Los Ángeles y no pude hacerlo. Intentaré sacármelo en septiembre.

P. ¿Su sueño será triunfar algún día en la NBA?

R. No tengo sueños muy lejanos. Mi sueño, ahora, es obtener una medalla en los Juegos. Del mejor color posible. Más allá, sólo pienso en hacer un buen papel con el Joventut la próxima temporada. En la NBA no se tiene que pensar. Si llega, llegará. Pero no se debe pensar en ella.

El ranking de la selección española de baloncesto en lalistaWIP

Ricky Rubio bota el balón durante un partido preparatorio contra Argentina.CRISTÓBAL MANUEL

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