Reportaje:VERANO 2008

Operación Wiikini

Ponemos a una pareja con los pies en la Wii Fit para comprobar antes de la campaña veraniega cuánto de real hay, al margen del divertimento, en sus beneficios físicos y estéticos

Antes de nada: esto no es un estudio serio, y mucho menos riguroso. No hay universidad que lo avale ni colegio de farmacéuticos que lo prescriba. Tampoco estadísticas, pero sí personas reales subiendo y bajando de la tabla, saltando, haciendo yoga, bailando el hula hoop, sudando enganchándose a la máquina o no.

Todo comenzó el 25 de abril. Nintendo lanzaba al mercado la Wii Fit y la redacción del Ciberp@ís ponía pies sobre la tabla para preparar la Operación Wiikini. Una pareja (hombre y mujer, de 29 años, vida común, hábitos y alimentación similares, fumador y ex fumadora...

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Antes de nada: esto no es un estudio serio, y mucho menos riguroso. No hay universidad que lo avale ni colegio de farmacéuticos que lo prescriba. Tampoco estadísticas, pero sí personas reales subiendo y bajando de la tabla, saltando, haciendo yoga, bailando el hula hoop, sudando enganchándose a la máquina o no.

Todo comenzó el 25 de abril. Nintendo lanzaba al mercado la Wii Fit y la redacción del Ciberp@ís ponía pies sobre la tabla para preparar la Operación Wiikini. Una pareja (hombre y mujer, de 29 años, vida común, hábitos y alimentación similares, fumador y ex fumadora... poco tiempo para ir al gimnasio) se ofreció voluntaria para ejercitarse con la Wii Fit.

Lidia se convierte en fan nada más poner los pies en la blanca superficie. "Es el futuro, lo que veíamos en las pelis de ciencia ficción. Lo que tú haces se ve en la pantalla". Crea su Mii (avatar) y se lanza a hacer el test. Su índice de masa corporal (IMC), dice la Wii, es "ideal". Su edad Wii, 58 años. Sólo un poco de ejercicio para mantenerse a tono y colocar su centro de gravedad, que se ha convertido en una amalgama de rayas rojas en el lado izquierdo de la pantalla.

No le digo que mi IMC también está (por los pelos) en los parámetros adecuados. Ni que el diablo blanco me ha recomendado bajar cinco kilitos "para tener el índice con el que menos enferma un adulto". Mi centro de gravedad no anda mal y mi edad Wii es de 30 años, sólo dos más de los que tengo.

Primeras sensaciones

Mientras selecciona los ejercicios aeróbicos y se sube a la tabla, Lidia parlotea sin parar. "Si con esto no haces ejercicio, olvídate... todos los días digo: 'Me voy a apuntar al gimnasio'; pero cuando tengo tiempo, o no tengo dinero o no tengo ganas y al revés...¡uy! se me están cargando los gemelos...".

"Me flipa la Wii", dice Franko. Él combina la media hora diaria, tres o cuatro veces por semana, con el Jeet Kune Do, un arte marcial desarrollado por Bruce Lee. Asegura que se ha viciado desde el principio. Calienta hombros, rodillas, cuello. La Wii hace su parte, incitándole. 'Ponte sobre mí. Calculando, calculando'. Su IMC sobrepasa en un punto lo que debería (y le sobran más kilos que a mí). Se lo toma en serio y pone pies sobre la tabla dispuesto a sudar.

"Lo primero que pensé es que esto se iba a romper". La tabla aguanta hasta 150 kilos. Se decanta por el yoga. "Me parece curioso", señala iniciando el saludo al sol. "Creo que es un buen ejercicio estático, para estirar antes o después de los ejercicios". Después ataca las flexiones, las torsiones laterales (yo no hice más de dos seguidas y él se queja de hacer "sólo 10"). En el gimnasio Franko hace hasta 50 flexiones (ni en mis mejores sueños). Ah, y su edad Wii es de 60.

Después de dos semanas Lidia ha perdido 600 gramos. Yo, un kilo, pero le dedico entre 45 minutos y una hora, día sí y día no, a darle vueltas al hula hoop, a cabecear un balón de fútbol y osos pandas, a hacer flexiones, posturas del guerrero y así hasta la extenuación. "Tonificación no me gusta", dice Lidia buscando el ejercicio de la cuerda floja. "He visto a Franko, pero yo paso. Es de sudar y hace falta mucha fuerza. Me parece muy dura. Yo prefiero cosas que sean como juegos, no que te pongan a hacer gimnasia". Un saltito, otro saltito en la cuerda floja. "¡Bien, he avanzado!", dice con un gritito.

La estimulación a través del seguimiento personal y de la comparación con el otro es uno de los puntos fuertes del aparato. Lidia se entusiasma cada vez que el ranking le da una puntuación superior a la de su pareja. "Ahora he visto que le ganaba en lo de la cuerda a Franko y me mola ganarle, porque en los de equilibrio normalmente soy muy mala". A los 10 minutos de empezar, Lidia baja de la tabla.

"Estaría bien que te pusieran una tabla con los ejercicios del día", dice Franko, que inaugura su tercera semana habiendo hecho novillos la semana anterior. "Echo de menos el modo multijugador, que sí tiene el Wii Sports. Lo que me gustaría es poder competir en el eslalon o en los juegos de equilibrio con Lidia. Sería más divertido". Parece que ella es una crack dándole al tenis y él resulta imbatible en los bolos. Les sugiero que prueben a hacer footing, el único ejercicio a dos que admite Wii Fit.

Si continuo a este ritmo, antes de dos meses habré rebajado mi IMC (los cinco kilos que me sobran). Noto que me duele menos la espalda y de un día para otro mejoro en lo ejercicios de equilibrio. Hace falta constancia. Generalmente después de cada sesión he perdido unos 400 gramos. Lo sorprendente es comprobar que a la mañana siguiente al hacer el test he ganado 200. Catorce días, 200 gramos menos cada dos días, ¿que no salen las cuentas? La coca-cola y las patatas fritas de la cena suman.

La constancia de Franko

Tercera semana. Sólo Franko ha sido constante. Pronto habrá que ponerse el bañador y él tendrá 1,5 kilos menos que guardar. Sigue sin confesar su peso y ha puesto una clave para que Lidia no acceda a sus gráficos. Yo he ganado 300 gramos. Lidia también.

La cuarta y la quinta semana continúan con intermitentes subidas y bajadas de la Wii. El calor aprieta y las cervezas no ayudan. Aun así, parece que la Wii va haciendo su trabajo. Cada vez que hay un mínimo ascenso de peso, Lidia pasa los siguientes días haciendo steps. Franko sigue fiel al yoga, a los ejercicios de tonificación y al equilibrio; pero no ha bajado más de dos kilos.

La recta final (sexta y séptima semana) promete ser una ardua competición. Lidia ha decidido que va a tomárselo en serio (incluso ha sudado) y Franko ya le ha robado otro kilo a la máquina. A estas alturas, yo rozo el IMC perfecto. Un kilo rebelde se resiste a salir de donde está, pero confío en que el hula hoop haga su efecto. Ya no tengo agujetas después de jugar y mi edad Wii se mantiene en los 30 años.

"Al final haces ejercicio", señala Franko, que ha perdido tres kilos. Lo mejor es haberse dado cuenta de "la mala postura que tenía. Cargaba todo el peso en el lado izquierdo y creo que eso he conseguido mejorarlo bastante". Su edad Wii ha bajado a 35. A Lidia le gusta que la máquina "ponga límites" y que compare con su pareja.

Mientras, yo he tenido que conformarme con estar a un kilo de la perfección aunque mi edad Wii haya bajado a 29 años. Después de ocho semanas éstas son mis conclusiones no científicas: con buena alimentación, ejercicio duro y mucha constancia la Wii Fit adelgaza, aunque, probablemente, sin ella, también.

Lidia, quemando calorías con la Wii Fit.
Franko, con la Wii Fit.

Wii Fit, el último éxito de la factoría Nintendo

La tabla de ejercicios Wii Fit es el último éxito de la factoría Nintendo, empresa de videojuegos que hasta hace unos años parecía ocupar un segundo plano, a la sombra del imperio levantado por Sony con su PlayStation. La marca Nintendo se identificaba con los niños de la Gameboy (que no era poco), pero sus consolas Gamecube no lograban quitarle ni una pizca del mercado a Sony.

En ese contexto, Nintento apostó por un mercado marginado por la industria, los abuelos. De los niños a los talluditos. No quiso competir con la Play, sino que buscó otro público, el ajeno a las consolas: gente tranquila, con tiempo, con dinero, pero sin tanta testosterona. Para ellos se lanzaron los Brain training y los Aprende inglés -pasatiempos de toda la vida, al fin y al cabo-, que captaron la atención de un público virgen. Y se compraron la consola DS, con su doble pantalla y su lápiz. La siguiente vuelta de tuerca fue la Wii, con su mando de control remoto, con sus juegos simples -filosofía básica de la casa- sin necesidad de aprender decenas de combinaciones para matar mejor. El reinado de la Play Station comenzó a declinar y se abrió la industria a todos los públicos, sin importar edad ni sexo.

Lo último ha sido la Wii Fit, una especie de gimnasio. No es la primera, pero cogida la ola del éxito, Nintendo no la suelta. Si la Wii va por los 25 millones de unidades vendidas en el mundo, la Fit ha acumulado en unos meses 36,9 millones de páginas en Google, tiene su propia entrada en Wikipedia y se han vendido 250.000 tablas en una semana en Japón. Wii Fit es el primer juego que utiliza la Wii Balance Board, una báscula capaz de medir el peso y el centro de gravedad del usuario. Además calcula la masa corporal teniendo en cuenta la altura del usuario. Además de estos parámetros, se realizarán unos test para calcular la "edad Wii Fit". Este valor sirve para evaluar el estado físico en el juego y determinar la edad Wii. Además permite realizar un seguimiento de los progresos. El juego contiene cerca de 40 actividades, en cuatro áreas: yoga, tonificación, aeróbic y equilibrio. En las áreas de tonificación y yoga, veremos siempre a nuestro entrenador personal, que podrá elegirse con forma de hombre o mujer. En las categorías de equilibrio y aeróbic estaremos representados por nuestros Miis (avatares). Wii Fit ofrece actividades de muchos tipos, desde steps hasta snowboard, pasando por boxeo rítmico y footing.

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