Cartas al director

Sastre, el triunfo de la humildad

La humildad con mayúsculas, aquella virtud tan loable como inhabitual en los días que corren, se ha personificado en la figura admirable de Carlos Sastre, persona digna antes que ciclista virtuoso, que nos ha recordado -por si este mundo acelerado nos lo había hecho olvidar- el valor de las cosas realmente importantes, aquellas que afectan a nuestra fibra sensible y que hacen aflorar, con naturalidad plena, las emociones que nos identifican como humanos.

¡Gracias, Carlos, por darnos a conocer, a través de tu trabajo, a la gran persona que realmente eres!- Bartomeu Pons. Alaior, M...

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La humildad con mayúsculas, aquella virtud tan loable como inhabitual en los días que corren, se ha personificado en la figura admirable de Carlos Sastre, persona digna antes que ciclista virtuoso, que nos ha recordado -por si este mundo acelerado nos lo había hecho olvidar- el valor de las cosas realmente importantes, aquellas que afectan a nuestra fibra sensible y que hacen aflorar, con naturalidad plena, las emociones que nos identifican como humanos.

¡Gracias, Carlos, por darnos a conocer, a través de tu trabajo, a la gran persona que realmente eres!- Bartomeu Pons. Alaior, Menorca.

¿Por qué no asistieron al final del Tour de Francia -la mayor prueba del mundo en ciclismo- desde el Rey, los Príncipes o el presidente del Gobierno cuando gana uno de los nuestros? ¿No van al fútbol, tenis, baloncesto o fórmula 1, por ejemplo, con nuestros grandes campeones? Ni siquiera el ministro correspondiente, sólo un secretario de Estado, con todo mi respeto hacia el mismo. Es imperdonable porque se lo merece tanto o más. Y si fuera por la persona que lo ha ganado, el bueno de Carlos Sastre, tendrían que ir todos.- Federico José Marín Rodríguez. Jerez de los Caballeros, Badajoz.

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