La postal de Rafael Doctor
Benidorm.
Era la ilusión de mi padre la que nos arrastraba a pasar allí los veranos de mi infancia. Aprendí que las vacaciones, más allá de la playa, las compras, las fiestas, eran él y su inmenso despliegue de amor hacia mi madre, mis hermanas y yo, a través de lo que la ciudad nos podía ofrecer. Volví a Benidorm hace unos años y topé con un escenario plagado de recuerdos. Lo llamé y le dije que sin él aquello no tenía sentido. Me dijo que pronto volveríamos juntos, pero se marchó antes de lo previsto y eso no ocurrió. Ahora Benidorm es un lugar mítico en el univ...
Benidorm.
Era la ilusión de mi padre la que nos arrastraba a pasar allí los veranos de mi infancia. Aprendí que las vacaciones, más allá de la playa, las compras, las fiestas, eran él y su inmenso despliegue de amor hacia mi madre, mis hermanas y yo, a través de lo que la ciudad nos podía ofrecer. Volví a Benidorm hace unos años y topé con un escenario plagado de recuerdos. Lo llamé y le dije que sin él aquello no tenía sentido. Me dijo que pronto volveríamos juntos, pero se marchó antes de lo previsto y eso no ocurrió. Ahora Benidorm es un lugar mítico en el universo de la memoria de mi felicidad al que difícilmente podré regresar. Rafael Doctor
es director del MUSAC de León.