El PSUC pide perdón a Comorera

El primer secretario general comunista fue víctima de una purga estalinista

La conmemoración del 72º aniversario de la fundación del PSUC dio pie a ayer a que su último secretario general, Joan Saura, afrontara uno de los deberes pendientes respecto al pasado del partido de los comunistas catalanes: pedir perdón por la persecución, basada en calumnias, de la que fue objeto su primer secretario general, Joan Comorera (Cervera 1895-Burgos 1958) por parte de la propia dirección del partido y en función de la cual se le expulsó.

Saura dijo que es hora de llevar a cabo una revisión crítica del pasado y de "pedir perdón por algunas cosas por las que debíamos haberlo...

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La conmemoración del 72º aniversario de la fundación del PSUC dio pie a ayer a que su último secretario general, Joan Saura, afrontara uno de los deberes pendientes respecto al pasado del partido de los comunistas catalanes: pedir perdón por la persecución, basada en calumnias, de la que fue objeto su primer secretario general, Joan Comorera (Cervera 1895-Burgos 1958) por parte de la propia dirección del partido y en función de la cual se le expulsó.

Saura dijo que es hora de llevar a cabo una revisión crítica del pasado y de "pedir perdón por algunas cosas por las que debíamos haberlo pedido hace años". Se refirió, concretamente, a la "absurda política de luchas intestinas, purgas y persecuciones" llevadas a cabo durante el dominio del "totalitarismo estalinista" en los partidos comunistas.

Este año se cumple el 50º aniversario de la muerte de Comorera en el penal de Burgos, a donde fue a parar tras ser condenado a 30 años de cárcel por un tribunal franquista. Por esta razón, la conmemoración de la fundación del PSUC se dedicó en esta ocasión a recuperar su memoria, en un acto celebrado en el Centro Cívico del Convento de Sant Agustín con la asistencia de un centenar de personas.

La persecución de Comorera por sus propios compañeros de dirección en el PCE y el PSUC, bajo el impulso de Dolores Ibarruri y Santiago Carrillo, fue una de tantas historias terribles de la época del estalinismo, en la que era muy típico que los ejecutores de las purgas internas fueran también víctimas de ellas, bajo acusaciones que solían ser falsas. Es lo que le sucedió a Comorera, que fue acusado de "titismo" -es decir, de hacer como el dirigente comunista yugoslavo Josif Broz, Tito, que preconizaba una vía propia frente al modelo soviético- y de desviacionismo nacionalista.

La historiadora Anna Sallés y el profesor Miquel Caminal, autor de una monumental monografía sobre Comorera, glosaron sintéticamente el momento histórico y la figura del que fue principal dirigente del PSUC desde 1936 hasta 1949. Y Enric Pubill, presidente de la Asociación de Ex Presos Políticos, explicó como los compañeros de Comorera descubrieron en el penal de Burgos la falsedad de las acusaciones lanzadas por las direcciones del PCE y el PSUC contra éste.

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