Crónica:Gran Premio de Alemania

Otra exhibición de Hamilton

El británico gana su segunda carrera consecutiva sin que Massa, tercero, le inquiete, y se distancia como líder del Mundial - Nelsinho Piquet, segundo, logra el primer podio del año para Renault mientras Alonso acaba undécimo

Por si alguien tenía todavía alguna duda, Lewis Hamilton se encargó ayer de disiparlas una a una. Superado el meridiano de la temporada, ya no hay quien pare a los McLaren Mercedes. Sus prestaciones están incluso por encima de las de los Ferrari, que parecen huérfanos de dirección y ven cómo, día a día, van perdiendo la ventaja que habían acumulado en las primeras carreras del Mundial de fórmula 1. Si no hay un rápido giro de timón, la nave de Maranello parece perdida y a la deriva mientras que el buque insignia de su gran rival, el McLaren que conduce el británico, se va encaramando a la cima...

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Por si alguien tenía todavía alguna duda, Lewis Hamilton se encargó ayer de disiparlas una a una. Superado el meridiano de la temporada, ya no hay quien pare a los McLaren Mercedes. Sus prestaciones están incluso por encima de las de los Ferrari, que parecen huérfanos de dirección y ven cómo, día a día, van perdiendo la ventaja que habían acumulado en las primeras carreras del Mundial de fórmula 1. Si no hay un rápido giro de timón, la nave de Maranello parece perdida y a la deriva mientras que el buque insignia de su gran rival, el McLaren que conduce el británico, se va encaramando a la cima de la clasificación general sin nadie a la vista que pueda crearle problemas.

El nuevo decorado volvió a quedar al descubierto en el Gran Premio de Alemania, en el circuito de Hockenheim, donde Hamilton realizó otra exhibición de calibre similar a la que había dado ya hace dos semanas en Silverstone (Gran Bretaña) ante sus seguidores. En la cita germana concedió la recompensa a la marca de propulsores que equipa su McLaren, Mercedes, que esta vez corría en su casa. No pudo salirle mejor la carambola a la escudería, que ve, de paso, cómo su primer piloto se distancia en el liderato del Mundial y lleva ya cuatro puntos al brasileño Felipe Massa y siete al finlandés Kimi Raikkonen, los únicos que realmente cuentan en la lucha con él por el título.

Hamilton ha aprendido a soportar la presión y esperar al momento oportuno para atacar
Ya saca cuatro puntos de ventaja a Massa y siete a Raikkonen, sus únicos rivales
Alonso no contó. Ni en el triunfo de su peor enemigo ni en el gran éxito de su equipo
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¿Qué le ha ocurrido a Hamilton para que, tras dos carreras sin puntuar -las de Canadá y Francia- haya sido capaz de ganar sin fisuras en las dos siguientes, las más comprometidas para él? "Estoy más tranquilo", confiesa el subcampeón mundial en 2007, que está realizando un trabajo intensivo con el fisiólogo y mentor del equipo, el finlandés Aki Hintsa. "Soy una persona temeraria, agresiva, excesivamente motivada algunas veces. Pero ahora sé que debo controlarme. Tengo que usar la cabeza y convertirme en un ser más sensible", comentó recientemente en una entrevista concedida a ITV, la televisión británica que tiene los derechos de la fórmula 1.

Puede que ahí esté su secreto. El Hamilton que perdió el título el año pasado en la carrera de China -se salió en la entrada en boxes cuando circulaba como líder en la parte final de la prueba- y en la de Brasil -se obsesionó en superar a Fernando Alonso, entonces compañero de equipo, y averió su coche- parece haber desaparecido y ha dejado paso a otro Hamilton más reflexivo, que soporta mejor la presión y sabe esperar el momento oportuno para lanzar sus ataques. Y esa diferencia, que puede parecer ridícula, le ha lanzado a otra dimensión. Ahora es mucho más difícil ganarle. Eso quedó demostrado ya en Silverstone, donde nunca se inquietó bajo la lluvia en una carrera difícil, y volvió a constatarse ayer, cuando había perdido el liderato e iba tercero por detrás del brasileño Nelsinho Piquet y de Massa después de su segundo repostaje a 13 vueltas para la conclusión.

Fue aquél el único momento en que Hamilton pudo perder la carrera. Había realizado una salida excelente manteniendo su pole position sin problemas y había resuelto también positivamente el primer repostaje. Pero la entrada del coche de seguridad -producida por un aparatoso accidente de Glock- en la 36ª vuelta había reducido a la nada los casi 15 segundos de ventaja que había acumulado sobre Massa. Cuando se abrió la puerta del pit lane, Massa y casi todos los pilotos entraron a repostar -Raikkonen tuvo que esperar tras el brasileño y arruinó su carrera-. Todos menos Hamilton, el alemán Nick Heidfeld y Piquet, que coparon las tres primeras posiciones. La situación más ventajosa, sin embargo, era la del piloto de Renault, puesto que acababa de repostar -35ª vuelta- y llenado el depósito para acabar. Así que Hamilton intentó arañar segundos hasta que volvió a entrar a repostar -50ª vuelta- y, cuando Heidfeld lo hizo también, Piquet se encontró encabezando una carrera de fórmula 1 por primera vez en su vida y con grandes posibilidades de alcanzar finalmente el podio.

Hamilton regresó por detrás del finlandés Heiki Kovalainen, que le abrió la puerta de forma descarada por las órdenes de equipo. Y se convirtió luego en un ciclón que atacó y superó a Massa por el interior en una curva de izquierda sacándole casi de la pista. Piquet le duró tres vueltas más. Así se puso de líder y se aseguró su cuarta victoria de la temporada y la octava de su carrera. Nadie le puede pedir más.

Tampoco a Piquet, que mantuvo un ritmo similar al de Massa e impidió así que el Ferrari le arrebatara el segundo puesto. Alonso no contó. Acabó undécimo y soportó lo mejor que pudo la victoria de su peor enemigo y el primer podio del año de su escudería, logrado por su compañero de equipo.

Lewis Hamilton, por delante de Nelsinho Piquet y Felipe Massa.ASSOCIATED PRESS

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