Cartas al director

Cumbre del G-8

Si las conclusiones de la reciente cumbre de la FAO en Roma fueron decepcionantes, las de la actual cumbre del G-8 en Japón podríamos calificarlas de irrisorias. Todos los buenos propósitos en relación con el cambio climático y la emisión de gases quedan en una fotografía de los participantes con unas palas de juguete, simulando plantar unos arbolitos y una declaración de intenciones para reducir la emisión de gases de efecto invernadero a la mitad, ¡para el año 2050! Largo me lo fiáis.

Me pregunto quién les pedirá cuentas si no lo cumplen cuando ya estén muertos, aunque por otro lado n...

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Si las conclusiones de la reciente cumbre de la FAO en Roma fueron decepcionantes, las de la actual cumbre del G-8 en Japón podríamos calificarlas de irrisorias. Todos los buenos propósitos en relación con el cambio climático y la emisión de gases quedan en una fotografía de los participantes con unas palas de juguete, simulando plantar unos arbolitos y una declaración de intenciones para reducir la emisión de gases de efecto invernadero a la mitad, ¡para el año 2050! Largo me lo fiáis.

Me pregunto quién les pedirá cuentas si no lo cumplen cuando ya estén muertos, aunque por otro lado no parece un objetivo difícil, si tenemos en cuenta que para esa fecha es para cuando está previsto que las reservas de petróleo de este planeta estén agotadas. Sería para reírse si no es por las ganas que dan de llorar. ¿Alguien sabe para qué sirven las reuniones de estos señores, aparte de para tomar una cena de 18 platos y hacerse unas fotos?

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