Crítica:MÚSICA

Culos inquietos

Vaya par. El hambre y las ganas de comer. Suso Saiz es el gran tapado de la música española, un Brian Eno gaditano que raspa en busca de tesoros allá donde otros ni se tomarían la molestia de meter la nariz. Y Fon Román ejerce como aprendiz de Jonny Greenwood, un hechicero de la guitarra eléctrica con la imaginación y las pedaleras suficientes para acercarse a los hallazgos del hombre que teje la maraña sonora de Radiohead. Se conocieron cuando Saiz producía los últimos discos de Piratas, la formación viguesa en la que Román también iba de incógnito. Tal para cual. Dos curiosos incurables, dos...

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Vaya par. El hambre y las ganas de comer. Suso Saiz es el gran tapado de la música española, un Brian Eno gaditano que raspa en busca de tesoros allá donde otros ni se tomarían la molestia de meter la nariz. Y Fon Román ejerce como aprendiz de Jonny Greenwood, un hechicero de la guitarra eléctrica con la imaginación y las pedaleras suficientes para acercarse a los hallazgos del hombre que teje la maraña sonora de Radiohead. Se conocieron cuando Saiz producía los últimos discos de Piratas, la formación viguesa en la que Román también iba de incógnito. Tal para cual. Dos curiosos incurables, dos chiquillos traviesos. Un par de culos inquietos.

Esa alianza funciona desde hace unos años como Trash of Dreams, una marca (Basura de Sueños) transgresora que demuestra cómo la propiedad matemática del mínimo común denominador también es aplicable a las artes musicales. Porque el resultado no es ni tan accesible como Silencio cómodo en un jardín descuidado (2006), el delicioso debú solista de Román (producido por Saiz, claro) ni tan crudo como The box of the insomniac songs, la caja de ocho discos en edición artesanal, fetichista y limitadísima que el productor acaba de poner en circulación. Ecos de Steve Reich, Arvo Pärt o Bill Frisell en un mano a mano sin concesiones, entre la lírica minimal, la interferencia y el ruidismo.

TRASH OF DREAMS

Fon Román y Suso Saiz (guitarras, manipulaciones electrónicas). Sala Galileo Galilei. Madrid, 17 de junio. 50 espectadores.

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