Tribuna:EL DEFENSOR DEL LECTOR

Líneas de sombra

El humor hay que tomárselo en serio aunque para ello, tal vez, haga falta tener sentido del humor. Como las reglas en este campo son como líneas de sombra que se desplazan a merced de un consenso social difícil de definir, es fácil ofender con un chiste y más si es gráfico. El carácter vitriólico de la sátira aumenta cuando la imagen vale por mil palabras. La tentación es poner como ejemplo de este argumento los chistes gráficos sobre Mahoma que desnudaron a más de media prensa europea, pero no quisiera incurrir en ese sacrilegio. Por no ofender a la prensa pusilánime, aclaro.

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El humor hay que tomárselo en serio aunque para ello, tal vez, haga falta tener sentido del humor. Como las reglas en este campo son como líneas de sombra que se desplazan a merced de un consenso social difícil de definir, es fácil ofender con un chiste y más si es gráfico. El carácter vitriólico de la sátira aumenta cuando la imagen vale por mil palabras. La tentación es poner como ejemplo de este argumento los chistes gráficos sobre Mahoma que desnudaron a más de media prensa europea, pero no quisiera incurrir en ese sacrilegio. Por no ofender a la prensa pusilánime, aclaro.

EL PAÍS ha contado y cuenta con excelentes humoristas gráficos cuyo trabajo, a veces, suscita las protestas de lectores que se sienten ofendidos con los comentarios que incluyen sus viñetas. Por ejemplo, en algunas ocasiones han criticado la comparación de Israel con los nazis como una ofensa innecesaria en la crítica legítima a las políticas de los Gobiernos israelíes, una comparación que da alas a la propaganda neonazi que minimiza o relativiza el Holocausto.

El caso que traigo a esta columna tiene que ver con el ciclismo y con un dibujante del que me declaro devoto. Mi parcialidad, por tanto, queda confesada. El Roto publicó el pasado lunes un dibujo en el que se veía a un ciclista pedaleando y la siguiente frase: "Mi padre me recomendó hacer deporte para alejarme de las drogas... ¡si él supiera!". El dibujo coincidía con el triunfo de un ciclista español, Alberto Contador, en el Giro.

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Las protestas han sido numerosas. "Quisiera enviarles mi más sincero pésame por la degradante imagen que dan de un deporte como el ciclismo en esa insinuante viñeta", afirmaba Saúl. "Creo que su publicación, justo el día después de la victoria de un español en el Giro de Italia, le hace un flaco favor al deporte en general, al ciclismo y a la dignidad de un compatriota en particular", decía Francisco Javier Navoz. Por su parte, Emilio Gómez, cicloturista, defensor de un deporte que ama y practica, no podía ocultar su indignación por el dibujo. Daniel Corcuera consideraba la viñeta una "ofensa al mundo al que pertenezco y que con gran honra defiendo".

La sección de Deportes de EL PAÍS ha sido y es, en mi opinión, un ejemplo para un diario más conocido por su perfil político. Carlos Arribas es el periodista que actualmente cubre el mundo del ciclismo y a él, entre otros, se deben exclusivas como la información sobre la Operación Puerto, el mayor escándalo de los últimos años en el mundo del ciclismo. Le pedí su opinión sobre la polémica.

"El problema de la viñeta de El Roto no es tanto la idea, que creo acertada -en efecto, el dopaje y la droga forman parte casi inseparable, la otra cara de la moneda, un efecto secundario casi inevitable, del deporte de competición-, como el momento en que se publicó y el espacio, compartiendo página con el elogio a un ciclista, Alberto Contador, que acababa de ganar el Giro. Además, está la utilización de un ciclista para ilustrar el mensaje, precisamente en un momento en que parece que el ciclismo empieza a salir del hoyo en que sus malas prácticas lo sumergieron los últimos años. Problemas de dopaje, y de adicción a drogas así llamadas recreativas, como la cocaína, los sufren todos los deportes y afectan a grandes deportistas de todas las especialidades".

"Desgraciadamente", añadió, "el ciclismo, mediáticamente, es el deporte más asociado a la plaga del dopaje. Los periodistas de ciclismo no queremos proteger nuestro patio, sino que nuestra intención es contribuir a la limpieza y a la buena salud: los especialistas de esta sección hemos sido los que hemos destapado la Operación Puerto, el mayor escándalo de los últimos años, y con ello nos hemos ganado la animadversión de cierta parte de los ciclistas y del ambiente ciclista, pero, por otra parte, hemos contribuido en cierta parte al cambio que parece que comienza a apreciarse en los usos del pelotón".

La oportunidad o la inoportunidad a la que hace referencia Carlos Arribas es parte de la esencia del periodismo, en el que el momento es siempre importante.

El Roto ha respondido a las críticas a petición del Defensor.

"Lamento que pueda haber herido la susceptibilidad de algunos ciclistas aficionados. Obviamente, el dibujo no iba con ellos. El dibujo se refería a la imposibilidad de relacionar salud y deporte profesional. Pero para que no parezca una manía a un deporte en concreto, la próxima vez prometo dibujar un futbolista o un jugador de pimpón (profesional, naturalmente)".

Cuando todavía hay gente que discute los cada día más borrosos límites entre la información y la opinión, hay quien quiere confundir la crítica con la difamación. Personalmente, creo que el sentido común de los lectores e, incluso, su sentido del humor les permiten trazar los límites.

Los lectores pueden escribir al Defensor del Lector por carta o correo electrónico (defensor@elpais.es), o telefonear al número 91 337 78 36.

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