Resultados electorales

Durante la campaña de las pasadas elecciones generales, analistas y dirigentes políticos parecían coincidir en que una de las claves del resultado final sería el nivel de participación: para repetir triunfo, el PSOE necesitaba una gran afluencia a las urnas.

Los análisis realizados después del 9 de marzo proclamaron que el dato de participación corroboraba el resultado final de la contienda electoral: el PSOE se había visto beneficiado por una elevada participación y eso, en gran medida, explicaba su triunfo.

Lo cierto es que la publicación de los datos definitivos de las eleccio...

Durante la campaña de las pasadas elecciones generales, analistas y dirigentes políticos parecían coincidir en que una de las claves del resultado final sería el nivel de participación: para repetir triunfo, el PSOE necesitaba una gran afluencia a las urnas.

Los análisis realizados después del 9 de marzo proclamaron que el dato de participación corroboraba el resultado final de la contienda electoral: el PSOE se había visto beneficiado por una elevada participación y eso, en gran medida, explicaba su triunfo.

Lo cierto es que la publicación de los datos definitivos de las elecciones de marzo pone en entredicho esa valoración. El 73,84% de participación no sólo es casi dos puntos inferior a la de los comicios de 2004, sino que es el nivel más bajo en unas elecciones generales desde 1989, con la única excepción de la cita electoral de 2000.

Descartada la participación como clave del triunfo socialista, es probable que la encuesta poselectoral del CIS ponga de manifiesto que, pese a lo augurado por muchos analistas, tampoco el voto de centro fue decisivo en la victoria del PSOE.