Análisis:Cosa de dos

Previsiones

Los economistas son, según algunos, gente especializada en predecir el pasado. Otros dicen que los economistas siempre son capaces de explicar a la perfección por qué sus predicciones acaban resultando erróneas. En materia de prospección en el futuro, los economistas, y los bancos, tienden a manejarse como todo el mundo: aciertan con lo previsible, y fallan cuando surge lo imprevisto. Eso, en el mejor de los casos. El carajal de las hipotecas subprime se veía venir, pero la gran banca internacional siguió hinchando la bola, confiando, como otras veces, en el ciclo mágico de la prosperid...

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Los economistas son, según algunos, gente especializada en predecir el pasado. Otros dicen que los economistas siempre son capaces de explicar a la perfección por qué sus predicciones acaban resultando erróneas. En materia de prospección en el futuro, los economistas, y los bancos, tienden a manejarse como todo el mundo: aciertan con lo previsible, y fallan cuando surge lo imprevisto. Eso, en el mejor de los casos. El carajal de las hipotecas subprime se veía venir, pero la gran banca internacional siguió hinchando la bola, confiando, como otras veces, en el ciclo mágico de la prosperidad perpetua.

En fin. Que dice UBS, el gran banco suizo, que la carrera de España en la Eurocopa concluirá en cuartos. Dicho así, el vaticinio no tiene mucho mérito. España siempre cae en cuartos. Basta predecir el pasado para acertar. Pero UBS va más lejos: según sus cálculos, basados en los modelos con que el banco estudia la evolución de los tipos de interés y de cambio, llegarán a la final las selecciones de Italia y Chequia, y ganarán los checos.

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No hay que tomárselo a broma. En el pasado Mundial, UBS anticipó la victoria italiana, aunque calculó que la final sería Italia-Brasil, y no Italia-Francia. En la Eurocopa, UBS apuesta por un enfrentamiento España-Holanda a la altura de los fatídicos cuartos, con derrota española, evidentemente. Tiene su lógica. Bien pensado, nadie sabe qué pasaría si España se encontrara en semifinales. Aún recuerdo el psicodrama de la Eurocopa 84, cuando España llegó a la final y perdió por una pifia del portero Arconada. Se dijeron tantas tonterías (como que Arconada falló a propósito porque era vasco) que da mucha pereza volver a pasar por lo mismo.

Y, sin embargo, me temo lo peor. Creo que esta vez España llegará al menos a semifinales. ¿Por qué? No puedo decirlo. Si UBS, que se dedica a cosas tan productivas como los pronósticos futbolísticos, me hace una oferta interesante, estoy dispuesto a revelar mis métodos.

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