EDUCACIÓN

Juguetes, guarderías y parques infantiles incorporan la tecnología

Hybrid Playground, de Clara Boj y Diego Díaz, combina conexiones Wi Fi y actividades al aire libre para niños - Las muñecas y peluches con 'chips' son ya habituales en la industria alicantina juguetera

Hay una edad, alrededor de los 8 o 10 años, en que el niño tiene que tomar su primera decisión difícil. Tiene el corazón partido entre la consola de videojuego y los columpios de su más tierna infancia. ¿Por qué no juntarlos en un nuevo juego que combine las potencialidades y el lenguaje de la tecnología con la actividad al aire libre y el movimiento físico?

Decirlo es fácil, pero la realización de Hybrid Playground requirió a los valencianos Clara Boj y Diego Díaz casi tres años de trabajo. El resultado se estrenó la semana pasada con la complicidad de los alumnos de tercero de ...

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Hay una edad, alrededor de los 8 o 10 años, en que el niño tiene que tomar su primera decisión difícil. Tiene el corazón partido entre la consola de videojuego y los columpios de su más tierna infancia. ¿Por qué no juntarlos en un nuevo juego que combine las potencialidades y el lenguaje de la tecnología con la actividad al aire libre y el movimiento físico?

Decirlo es fácil, pero la realización de Hybrid Playground requirió a los valencianos Clara Boj y Diego Díaz casi tres años de trabajo. El resultado se estrenó la semana pasada con la complicidad de los alumnos de tercero de primaria del colegio San Eugenio y San Isidro de Madrid. El jardín del párroco Sánchez Cámara, del distrito de Arganzuela, quedó convertido en un parque híbrido con la colaboración del centro de arte Intermediae Matadero.

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El proyecto propone convertir los parques infantiles urbanos en escenarios para el juego interactivo, mediante un sistema de sensores, que se aplican temporalmente a columpios, balancines y toboganes, convirtiéndolos en interfaces audiovisuales. Todos los aparatos son inalámbricos, así que no hay peligro de que los niños tropiecen con cables; funcionan con baterías y se incorporan a los elementos del parque sin alterar su funcionamiento y diseño tradicional.

Todos los jugadores, que participan en grupos de cinco, llevan un brazalete: cuatro están equipados con tarjeta RSID y uno lleva también una agenda electrónica modificada, donde discurre el videojuego y a través de la cual reciben instrucciones.

"Mediante estos brazaletes los niños activan los sensores, de modo que la aventura en la pantalla se desarrolla en función del uso que hacen de los juegos del parque. El objetivo es impulsar el desarrollo de experiencias lúdicas físico-digitales, que potencien las relaciones colaborativas entre los usuarios", explican los promotores de este ciberparque.

En la pantalla se desarrolla una sencilla aventura gráfica, concebida como una metáfora del espacio público, que ha sido realizada expresamente para este proyecto por Boj y Díaz, con la colaboración de Martín Nadal.

Los equipos se enfrentan al reto de recoger las fichas suficientes para cubrir, como si fuera un puzzle, un gran agujero negro abierto en la ciudad. Para lograrlo deben superar pruebas, que mezclan la pericia física con la digital. Así, cuando cabalgan en los caballitos del parque su avatar se mueve por un laberinto en busca de fichas y su ritmo al columpiarse afecta el ritmo del juego en pantalla."Los talleres con los niños sirven como pruebas del sistema, para ayudarnos a detectar los fallos técnicos y también a comprobar los niveles de jugabilidad del proyecto. Escuchamos las sugerencias de los pequeños, observamos cómo jugaban e incorporamos las mejoras, que se irán testando en el siguiente encuentro. De este modo el juego ha ido mejorando técnica y estratégicamente", aseguran Boj y Díaz.

La satisfacción de los críos y su relación intuitiva con las interfaces no deja duda sobre el éxito de este juego urbano, que permite desarrollar estrategias lúdicas similares a las de los videojuegos y fomenta la colaboración y el espíritu de equipo. Al trasladar la experiencia del videojuego al espacio público, los niños pueden beneficiarse del aire libre, el ejercicio físico y el contacto humano, sin prescindir de sus consolas.

Boj y Díaz trabajan juntos desde 2000, investigando la relación entre el mundo físico y el virtual, y las transformaciones del espacio público por medio de las nuevas tecnologías, en obras que intentan "generar lazos de continuidad entre los viejos y los nuevos mecanismos de relación social y espacios de comunicación".

HYBRID PLAYGROUND: www.intermediae.es BOJ & DIAZ: www.lalalab.org

Alumnos de Primaria del colegio San Eugenio y San Isidro de Madrid prueban las nuevas diversiones del parque público.PAULA VILLAR

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