Un incendio con final imprevisto

Madrid cuenta desde ayer con otro héroe anónimo, aunque el final del suceso en el que participó es, cuando menos, sorprendente. A las 9.30 de la mañana, un bombero de 26 años que no quiere ser identificado acudía a su puesto de trabajo cuando divisó un incendio en el noveno piso de un bloque de viviendas en la calle Ribadavia, en el barrio del Pilar. Se bajó del coche, entró en la casa, se abrió paso entre las llamas y socorrió a una, a primera vista, mujer joven que se encontraba atrapada en el balcón.

Según el relato de Emergencias Madrid, ella, desesperada, estaba dispuesta a arrojar...

Madrid cuenta desde ayer con otro héroe anónimo, aunque el final del suceso en el que participó es, cuando menos, sorprendente. A las 9.30 de la mañana, un bombero de 26 años que no quiere ser identificado acudía a su puesto de trabajo cuando divisó un incendio en el noveno piso de un bloque de viviendas en la calle Ribadavia, en el barrio del Pilar. Se bajó del coche, entró en la casa, se abrió paso entre las llamas y socorrió a una, a primera vista, mujer joven que se encontraba atrapada en el balcón.

Según el relato de Emergencias Madrid, ella, desesperada, estaba dispuesta a arrojarse al vacío para escapar del fuego. El héroe la tumbó en el suelo, la tranquilizó y consiguió que esperara a que los bomberos del parque de Fuencarral, que ya acudían a sofocar el fuego, los rescataran mediante una grúa.

Los agentes encontraron drogas tras inspeccionar el piso que se quemó

Los otros dos ocupantes de la vivienda en el momento del incendio -su dueño, un hombre de 56 años, y otra mujer- habían salido poco antes del apartamento por su propio pie. Seis dotaciones de bomberos consiguieron sofocar el fuego en apenas 15 minutos. El bloque de viviendas cuenta con tres escaleras y diez alturas, y en él viven un centenar de familias.

"No voy a hacer declaraciones. Yo sólo he hecho mi trabajo. Cualquier profesional habría hecho lo mismo", fueron los únicos comentarios del bombero, que tuvo que ser ingresado en el Ramón y Cajal por inhalación de humos y que a mediodía fue dado de alta. Según sus compañeros, se trata de un excelente profesional y "un bombero de raza".

También fueron ingresados en el Hospital de La Paz los tres ocupantes del apartamento -a pesar de que el hombre mayor lo rechazó en un principio-, una pareja de ancianos de 83 y 77 años -que habitan en la vivienda contigua y que fueron trasladados en la Clínica de la Moncloa- y hasta siete policías que acudieron al lugar del siniestro y resultaron intoxicados con carácter leve.

Pero con el fin del humo llegaron las sorpresas. Sofocado el fuego, la policía descubrió poco después que el lugar del siniestro podría ser, además de vivienda, un laboratorio de drogas. Además, las dos supuestas mujeres que acompañaban al dueño del apartamento en el momento del incendio resultaron ser varones travestidos.

Los tres, J. U. H. español de 27 años; J. G. F., brasileño también de 27 años; y A. A. M., español de 57 años, además de la ex mujer del dueño, M. M. S. de 55 años, que vive en la casa contigua, fueron detenidos y acusados de un delito contra la salud pública.

Pese a lo que se informó durante todo el día, desde la Jefatura Superior de Policía no pudieron confirmar ayer por la noche que efectivamente el lugar fuera un laboratorio clandestino o un lugar de menudeo de drogas. En cualquier caso, parece que había estupefacientes en el apartamento incendiado. El grupo de investigaciones de la Policía Judicial de Fuencarral Pardo es el encargado de llevar adelante las pesquisas y tomaba muestras en el lugar en la tarde de ayer. En la puerta, varios agentes custodiaban la vivienda, arrasada por las llamas, e impedían el paso.

Según el relato de unos vecinos, los ruidos y el jaleo eran habituales en el apartamento incendiado hasta altas horas de la madrugada.