Un reo asume que intentó sobornar al director
Un recluso del centro penitenciario de Fontcalent reconoció ayer que intentó sobornar al director de la prisión ofreciéndole 2.000 euros a cambio de que le permitiera usar un ordenador en su celda. Tras asumir la autoría de los hechos, el procesado también aceptó la pena de un año y medio de prisión que solicitaba el fiscal. La conformidad del procesado hizo innecesaria la celebración del juicio con jurado previsto ayer en la Audiencia de Alicante.
De acuerdo con el escrito de calificación de los hechos del fiscal, el interno, un hombre de nacionalidad venezolana, se valió de la "candid...
Un recluso del centro penitenciario de Fontcalent reconoció ayer que intentó sobornar al director de la prisión ofreciéndole 2.000 euros a cambio de que le permitiera usar un ordenador en su celda. Tras asumir la autoría de los hechos, el procesado también aceptó la pena de un año y medio de prisión que solicitaba el fiscal. La conformidad del procesado hizo innecesaria la celebración del juicio con jurado previsto ayer en la Audiencia de Alicante.
De acuerdo con el escrito de calificación de los hechos del fiscal, el interno, un hombre de nacionalidad venezolana, se valió de la "candidez" de su hija menor para intentar comprar la voluntad del responsable de la cárcel. Así, en octubre de 2005, el acusado, a través de su hija, envió un sobre sin remitente, y con la anotación de confidencial, a Jaime Alonso, director del centro penitenciario. En el interior de ese sobre había otro con los mismos datos y una postal manuscrita con el siguiente texto: "Gracias. Espero que le guste este libro de Benedetti. No ha sido falta de imaginación pero es tan difícil escoger un regalo... De alguien que le aprecia que jode". En ese mismo sobre el director de la prisión encontró cuatro billetes de 500 euros.
El procesado utilizó la misma fórmula días más tarde para solicitar al director que le dejara a su familia entrar en la cárcel un ordenador personal. El responsable de la prisión rechazó por razones de seguridad y mediante una resolución firmada el 21 de octubre de 2005 la petición del recluso y denunció los hechos ante el juez de vigilancia penitenciaria.