Crónica:Gran Premio de Turquía de Fórmula 1

Massa, imbatible en su pista talismán

El brasileño gana por tercera vez consecutiva en Estambul, por delante de Hamilton y Raikkonen

Subido al capó de su Ferrari, con el brazo levantado y tres dedos de la mano estirados, Felipe Massa celebró su tercera victoria consecutiva en el Gran Premio de Turquía de Fórmula 1. Estaba contento porque, a sus 27 años recién cumplidos, tiene que demostrar en cada carrera que es válido para la escudería italiana. Su lucha ya no parece centrada en desactivar el rumor que circula por el paddock sobre un hipotético fichaje de Fernando Alonso por ella, sino en disputar el título a su compañero y vigente campeón, el finlandés Kimi Raikkonen.

Massa ganó con una solvencia incuestiona...

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Subido al capó de su Ferrari, con el brazo levantado y tres dedos de la mano estirados, Felipe Massa celebró su tercera victoria consecutiva en el Gran Premio de Turquía de Fórmula 1. Estaba contento porque, a sus 27 años recién cumplidos, tiene que demostrar en cada carrera que es válido para la escudería italiana. Su lucha ya no parece centrada en desactivar el rumor que circula por el paddock sobre un hipotético fichaje de Fernando Alonso por ella, sino en disputar el título a su compañero y vigente campeón, el finlandés Kimi Raikkonen.

Massa ganó con una solvencia incuestionable y sumó su séptima victoria. A los dos errores iniciales que tuvo en Australia y Malaisia -ambos, por falta de control de tracción- le han seguido dos triunfos y un segundo puesto. El equipo no puede pedirle más. Se ha resarcido. Ayer volvió a situar su Ferrari por delante del McLaren Mercedes de Lewis Hamilton y del monoplaza de Raikkonen. Su satisfacción era múltiple porque se había emparejado a puntos, 28, con el británico y situado en la segunda posición del Mundial, a sólo siete del nórdico.

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El Mundial, en efecto, se igualó un poco en la cabeza. Sin embargo, las jerarquías son las mismas. Nadie cuestiona ya la superioridad de Ferrari, que ha ganado en cuatro de las cinco citas, pero parece también evidente que McLaren ha dado un paso adelante y se acerca peligrosamente a los de Maranello. En cambio, BMW ha cedido terreno y se ratifica como tercero en liza. Pero lo más trascendente en Estambul fue que el R28, en manos de Alonso, es el cuarto coche de la parrilla. "Creo que aquí lo hemos confirmado", aseguró el español, cuyo destino no parece otro que el de luchar por la séptima plaza.

Alonso fue sexto porque en la salida adelantó a Mark Webber y, básicamente, porque el McLaren de Heikki Kovalainen sufrió un pinchazo tras un toque con Raikkonen y tuvo que pasar por el taller a cambiar los neumáticos, con lo que arruinó su carrera. Esa circunstancia provocó la única modificación sustancial en la clasificación final porque impidió a Raikkonen defender su suerte en la salida -su alerón delantero quedó ligeramente afectado, pero no se paró en boxes- y porque dejó a Kovalainen fuera de las posiciones de privilegio. Pero nada impidió a Raikkonen adelantar a Alonso, ya en la segunda vuelta, sin contemplaciones.

Así que, como viene sucediendo, la salida y las estrategias acabaron decidiéndolo todo. Salir por la parte buena de la pista resultó determinante. Todos los coches que ganaron puestos estaban allí: Hamilton, que pasó de tercero a segundo; Robert Kubica, de quinto a tercero, y Alonso, de séptimo a quinto. En cambio, Kovalainen, que partía de la primera línea, pero en la parte mala, intentó desesperadamente frenar el ataque de Hamilton y con sus maniobras perjudicó a Raikkonen, que acabó tocándole por detrás y causándole un pinchazo. "Kovalainen ya había anunciado que sería muy agresivo en la salida en su afán de marcar el territorio dentro de su propio equipo", comentó una fuente de McLaren. Pero allí lo perdió todo.

Y Hamilton fue víctima de la estrategia de su equipo de ir a tres paradas. "Eso le impidió ganar", aseguró Pedro Martínez de la Rosa, piloto de pruebas de McLaren. El momento más espectacular fue cuando adelantó a Massa en la 23ª vuelta y pareció en disposición de dar la sorpresa. Era líder. Pero sólo de forma provisional. "Aquello me preocupó", reconoció Massa; "pero por la radio me dijeron que estuviera tranquilo porque iba a tres paradas". Así que los 1,5 segundos que le sacaba por vuelta eran sólo la consecuencia lógica de que iba mucho más descargado de gasolina.

Su estrategia evitó su victoria, pero también le benefició porque corrió con neumáticos menos deteriorados. Acabó segundo, un puesto por delante del que le correspondía. Raikkonen no pareció preocupado por ello. Se le acercó en las últimas vueltas, pero nunca dio la sensación de que pudiera disputarle el puesto. El finlandés tiene miras más altas. Es el campeón y su objetivo es asegurarse la segunda corona.

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El Force India de Giancarlo Fisichella, en el aire, en el momento en que choca con el Williams de Kazuki Nakajima en la salida de la carrera. Felipe Massa.ASSOCIATED PRESS

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