Una porra extensible, 65 euros

Comprar una porra extensible es fácil. Un número de teléfono móvil circula entre los vigilantes de seguridad del metro. "Pues el precio oscila entre los 65 y los 110 euros. Depende de si quieres el modelo europeo o el estadounidense", afirma el vendedor.

La porra extensible es un pequeño aparato de unos 20 centímetros de largo y tres de grosor. Basta lanzarla al vacío y se expande el artilugio. Mide unos 60 centímetros. La diferencia entre la europea y la estadounidense es que la segunda es metálica y, por tanto, hace más daño.

"¿Cómo ha conseguido mi teléfono?", interroga el int...

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Comprar una porra extensible es fácil. Un número de teléfono móvil circula entre los vigilantes de seguridad del metro. "Pues el precio oscila entre los 65 y los 110 euros. Depende de si quieres el modelo europeo o el estadounidense", afirma el vendedor.

La porra extensible es un pequeño aparato de unos 20 centímetros de largo y tres de grosor. Basta lanzarla al vacío y se expande el artilugio. Mide unos 60 centímetros. La diferencia entre la europea y la estadounidense es que la segunda es metálica y, por tanto, hace más daño.

"¿Cómo ha conseguido mi teléfono?", interroga el interlocutor, para comprobar si el comunicante es de fiar o no. "Bueno, sabes que su uso es ilegal y que si te pillan...". No termina la frase. Sabe lo que hay detrás.

Efectivamente, las porras extensibles están prohibidas por el Reglamento de Armas. Sólo pueden ser usadas por la policía y la Guardia Civil, si los agentes han recibido formación específica. "Te la puedo llevar a donde quieras. Sólo tienes que elegir el modelo", concluye el vendedor.

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