"Es explicable el dolor, no la violencia"

Más de 2.000 personas despiden a la familia fallecida en un incendio en Écija

Más de 2.000 personas despidieron ayer a los cinco miembros de una familia de Écija (Sevilla) que fallecieron el domingo en el incendio de su vivienda. El sepelio por Antonio Romero, Dolores Priego y tres de sus hijos -de 25, 18 y 16 años- se celebró en el polideportivo municipal, donde el cardenal de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo, ofició la misa que precedió al entierro de las víctimas en el cementerio de la localidad. El sexto fallecido, novio de la hija de los dueños de la casa, fue enterrado también ayer en su localidad natal, Lora del Río.

Al funeral de Écija asistieron, entre otra...

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Más de 2.000 personas despidieron ayer a los cinco miembros de una familia de Écija (Sevilla) que fallecieron el domingo en el incendio de su vivienda. El sepelio por Antonio Romero, Dolores Priego y tres de sus hijos -de 25, 18 y 16 años- se celebró en el polideportivo municipal, donde el cardenal de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo, ofició la misa que precedió al entierro de las víctimas en el cementerio de la localidad. El sexto fallecido, novio de la hija de los dueños de la casa, fue enterrado también ayer en su localidad natal, Lora del Río.

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Al funeral de Écija asistieron, entre otras autoridades, el presidente de la Junta, Manuel Chaves; el delegado del Gobierno, Juan José López Garzón; y el alcalde de la localidad, Juan Wic. Pero la atención de los miembros de Protección Civil estaba ayer centrada en los familiares más cercanos de las víctimas, sobre todo en los otros dos hijos del matrimonio, que ya no vivían en la casa y se libraron de la tragedia. Los psicólogos que les atienden desde el domingo no se separaron ayer de ellos e intentaron calmar su dolor con abrazos y palabras de ánimo. El sepelio estuvo rodeado de fuertes medidas de seguridad por si se repetían las escenas de tensión vividas el domingo cuando los bomberos abandonaban la casa. El cardenal encontró la fórmula para reprochar esta actitud y extraer de ella "una lección": "La violencia nunca lleva a ninguna parte. Es explicable el dolor, pero nunca tiene justificación la violencia". "Las heridas están abiertas", añadió Amigo Vallejo, "pero lo peor no son las heridas abiertas, sino que se puedan infectar con el odio, con el deseo de venganza".

Pero ayer los vecinos y familiares de las víctimas vivieron el dolor en silencio y derrumbados en sus sillas. Sólo un hombre, que siguió la misa de pie junto a la familia, lanzó un grito cuando el cardenal acababa una de sus intervenciones. "¡Una pregunta...!", exclamó, pero el cántico de Amigo Vallejo y voluntarios de Protección Civil le hicieron desistir. El mismo hombre inició minutos después el aplauso de homenaje a las víctimas al final de la misa.

El polideportivo municipal de Écija acogió ayer el sepelio de cinco de las víctimas del incendio del domingo.PÉREZ CABO
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