"¿Cómo es 'eso' de la llamada perdida?"

"El mío dice que tiene el buzón lleno". "Yo no sé quitar el vibrador". "¿Cómo es eso de la llamada perdida?" El aula 5 de Cruz Roja Castellón parecía ayer un mercado de dudas sobre telefonía móvil. La profesora, Elia Navarro, no dio abasto para atender las preguntas de la docena de alumnos apuntados al curso de familiarización en el uso del móvil para personas mayores. La idea nació de la propia necesidad. "Vimos que había muchas personas mayores que tienen móvil pero no sabían utilizarlo", señaló Navarro. Y así, organizaron una docena de cursos, desde Vinaròs hasta Segorbe, que van a t...

"El mío dice que tiene el buzón lleno". "Yo no sé quitar el vibrador". "¿Cómo es eso de la llamada perdida?" El aula 5 de Cruz Roja Castellón parecía ayer un mercado de dudas sobre telefonía móvil. La profesora, Elia Navarro, no dio abasto para atender las preguntas de la docena de alumnos apuntados al curso de familiarización en el uso del móvil para personas mayores. La idea nació de la propia necesidad. "Vimos que había muchas personas mayores que tienen móvil pero no sabían utilizarlo", señaló Navarro. Y así, organizaron una docena de cursos, desde Vinaròs hasta Segorbe, que van a tener que ampliar debido a la demanda recibida. Las clases no pueden ser muy numerosas, ya que todos los usuarios requieren una atención casi personalizada al tratarse de terminales distintos y sistemas de uso parecidos pero no exactos, dependiendo del modelo y la compañía.

Cambiar el timbre del teléfono, borrar y añadir números a la agenda y leer y enviar mensajes, son cuestiones que repasa el curso, de tres horas. Aunque luego, cada uno, pide una cosa. "Estamos intentando eso de la llamada perdida", explica Avelino quien, junto a Valeriano, se afana en apretar las teclas de su teléfono. "Nosotros somos abuelos practicantes y para eso tenemos móvil", explica Avelino, que dice haber aprendido suficiente si consigue saber quién llama, devolver llamadas y que le pongan "una música cuando suene". Su móvil es de tercera generación pero desconoce la mayoría de sus funciones: "Sí, tiene cámara, pero no sé hacer fotos". Isael y Paquita, ya octogenarios, tienen otro problema. El móvil de él, de última generación, tiene el vibrador conectado y no sabe cómo quitarlo. "Me lo han regalado mis nietas", explica orgulloso. Paquita no para de marcar su número, uno a uno, sin consultar la agenda, para demostrar que el vibrador sigue conectado.

"Cada uno quiere aprender una cosa y en su teléfono", explica Elia Navarro. Junto a ella, una voluntaria de Cruz Roja trata de atender a los alumnos que persisten en sus problemas particulares con sus móviles. El curso pretende acercar las nuevas tecnologías a los mayores y mantener sus capacidades con el uso de cosas cotidianas.