Reportaje:

Las mejores obras de El Greco llegan a Valencia desde Toledo

El Museo de Bellas Artes acoge una exposición de cuadros del pintor cretense

Durante años, en las escuelas españolas se explicaba el extraño trazo de los cuadros de Domenico Theotokopoulos, El Greco, por un supuesto defecto en la vista. Era la versión oficial que el sistema educativo daba a la rareza estilística de un pintor heterodoxo, "extravagante en su vida y su obra", como lo define Fernando Benito, director del Museo de Bellas Artes de Valencia. Ahora, en pleno siglo XXI, la teoría de la deformación visual del artista de Creta se ha demostrado absurda. El Greco pintaba así porque su visión de la realidad era la de un visionario, un friqui, que se diría hoy...

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Durante años, en las escuelas españolas se explicaba el extraño trazo de los cuadros de Domenico Theotokopoulos, El Greco, por un supuesto defecto en la vista. Era la versión oficial que el sistema educativo daba a la rareza estilística de un pintor heterodoxo, "extravagante en su vida y su obra", como lo define Fernando Benito, director del Museo de Bellas Artes de Valencia. Ahora, en pleno siglo XXI, la teoría de la deformación visual del artista de Creta se ha demostrado absurda. El Greco pintaba así porque su visión de la realidad era la de un visionario, un friqui, que se diría hoy en día, que contaba historias en sus obras que bien podrían haber formado parte de un libro de inquietantes relatos de terror.

Su rareza estilística lo convirtió en un pintor olvidado durante siglos

Quizás por eso, El Greco fue un artista devaluado y olvidado durante tres siglos. A principios del siglo XX, el arte redescubrió a un pintor cuya bandera era la deformidad, la alucinación. Y, con Toledo, la ciudad en la que vivió los últimos 23 años de su vida, como centro neurálgico. La apertura de la casa museo de El Greco, en 1911, fue el punto de partida para el renacimiento de la pasión por el artista.

En noviembre de 2006, la casa museo de El Greco, en Toledo, cerró sus puertas para acometer una amplia reforma. Ahí empezó a gestarse una exposición itinerante que recorrería diversas ciudades españolas con los lienzos que albergaba el museo toledano. Dicha exposición llegó ayer a Valencia bajo el título El Greco. Toledo, 1900. Hasta el 15 de junio, el Museo de Bellas Artes San Pío V de Valencia exhibirá una muestra que comenzó su periplo en Sevilla, donde la vieron 100.000 personas, y, tras su paso por Valencia, visitará Zaragoza antes de volver a Toledo.

El Greco. Toledo, 1900 tiene como base 24 lienzos procedentes de la capital castellano-manchega, que se completan con un ejemplar de las Obras Completas de Jenofonte, anotado por el pintor, un retrato del Marqués de Vega Inclán, impulsor de la recuperación de El Greco, realizado por Sorolla, y una serie de fotografías sobre aspectos particulares de la obra del artista. Y, como colofón, cinco de los cuadros del cretense que se conservan en Valencia, tres procedentes del Colegio del Patriarca y los otros dos del Museo de Bellas Artes. Todos esos fondos permiten descubrir a El Greco en su esplendor, en una ocasión "única" de ver las obras del pintor fuera de su lugar habitual, de donde salen por vez primera, como subraya la comisaria de la muestra, Ana Carmen Lavín.

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