Reportaje:

"Cinco minutos más y ganamos"

La plantilla y el cuerpo técnico del Getafe destacan que el valioso empate conseguido ante el Bayern en Múnich llegó por haber sido fieles a su estilo

Media hora antes de que el Getafe iniciase su asalto al Allianz Arena de Múnich, David Belenguer caminaba sonriente por las catacumbas del estadio del Bayern. Lesionado, pese a que no podía disputar el encuentro ante el aristócrata alemán, el capitán del conjunto madrileño no parecía desolado. "Si somos fieles a nuestro estilo, esto está hecho", dijo entonces sin asomo de duda. "Y tenía toda la razón del mundo", explicaba ayer Luis Milla. "Ya sabíamos que el Bayern saldría desbocado, como un rodillo, con la intención de impresionar a los jugadores y asustarlos. Les funcionó media hora", confía...

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Media hora antes de que el Getafe iniciase su asalto al Allianz Arena de Múnich, David Belenguer caminaba sonriente por las catacumbas del estadio del Bayern. Lesionado, pese a que no podía disputar el encuentro ante el aristócrata alemán, el capitán del conjunto madrileño no parecía desolado. "Si somos fieles a nuestro estilo, esto está hecho", dijo entonces sin asomo de duda. "Y tenía toda la razón del mundo", explicaba ayer Luis Milla. "Ya sabíamos que el Bayern saldría desbocado, como un rodillo, con la intención de impresionar a los jugadores y asustarlos. Les funcionó media hora", confía la mano derecha de Michael Laudrup.

"Cuando nos marcaron tan pronto, sinceramente pensé que nos meterían dos o tres más", suelta Albín, todavía "impresionado por la cara de bulldog" de Oliver Kahn. "Pero agarramos el balón y, con cinco o diez minutos más, les habríamos ganado", prosigue el delantero uruguayo. "Sin el balón no somos nada", insiste Laudrup. "Sabíamos que ellos reniegan de la pelota, y que teníamos que evitar su fútbol tan directo, que se saltasen la transición por el centro del campo. Lo conseguimos los últimos 60 minutos", asiente Casquero. El centrocampista llegó a dudar si delante tenía a Van Bommel y Zé Roberto: "La verdad, me los esperaba un poquito mejor". "Estaban muy raros, nos dieron muchas facilidades", añade Celestini. Para el pivote suizo, la clave estuvo en que "el Getafe empezó a tocarla tras superar el susto de jugar en un estadio así. Fue hacer eso y ganar todas las segundas jugadas".

"Ellos reniegan del balón; había que evitar su fútbol directo", dice Casquero
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"El empate de Contra en el último minuto no es fruto de la casualidad. Podríamos haberle dicho a los chicos en el descanso que defendiesen el 1-0, que no era un mal resultado", interviene Laudrup. "Pero ése no es el espíritu del Getafe. Así que seguimos atacando con cinco o seis hombres. ¡A un Bayern que nos llegaba con tres o cuatro, eso si le daba por subir a Zé Roberto!", explica Milla. "Quizás tendríamos que haber sido más fríos y pensar que todavía quedaba la vuelta. En la segunda mitad arriesgamos demasiado y nos pudieron matar a la contra, pero es que no sabemos jugar de otra forma", medio se sonroja Tena, que las pasó canutas para frenar a Luca Toni. "Y mira que hace dos jornadas nos las vimos con Llorente en San Mamés... ¡Pero es que era imposible anticiparse a Toni y claro, al final marcó. ¿Cómo le iba a meter el cuerpo, si me sacaba dos pisos de altura y 15 kilos?", recuerda el central.

"Pero bajaron el pistón a raíz del gol", apunta David Cortés. El Bayern cometió un error fatal. "No sé qué pasó en la segunda parte", reconoció aturdido Podolski. Y eso que Uli Hoeness, el director deportivo del cuadro bávaro, ya avisó de la obsesión de la escuadra española por mimar el balón: "Ojo con el Getafe, donde cada jugador es una pieza más del puzzle. Saben hacia dónde tienen que correr y cuándo moverse hacia atrás o hacia delante... No será fácil". Tampoco fue casual que el grupo de Laudrup no hiciera ninguna falta en el segundo tiempo. "Pues quizás no sea una buena lectura. El mensaje es muy digno y todo eso, pero con una faltita en el mediocampo habríamos parado sus contragolpes", reconocen todas las voces consultadas.

Sobre todo si, acuciado por las bajas, alinea una defensa inédita. Milla no está del todo de acuerdo: "La autoestima del equipo es inmensa, tanto que la última fase de la temporada la estamos jugando por inercia. Cualquiera que salga al campo puede hacer su labor. No es una plantilla de 11 titulares". Siguiendo las órdenes de Laudrup, los jugadores no saben si jugarán o no hasta pocas horas antes de que comience el encuentro. "De esa forma les mantenemos en tensión. Si saben que no van a estar, igual dejan de prestar atención al vídeo del rival. Lo que buscamos es que se impliquen", exponen en los despachos del Coliséum Alfonso Pérez.

Y vaya si se implicaron en el viaje de vuelta. Abbondanzieri, Belenguer y Contra fueron los más díscolos. Mientras la cerveza y el cava regaba la parte trasera del avión, el rincón favorito de los futbolistas, los tres veteranos fastidiaron con golpes y pellizcos al médico, Christopher Oyola, y a John Jensen. "¡Ahhh! ¡Ya veréis mañana!", les amenazó el ayudante de Laudrup. ¡Ni que tuvieseis 15 años! ¿Pero no os queréis dormir? ¿No estáis cansados o qué?", les echaba la charla el delegado del equipo, Jesús Mantilla. Inmerso en tres competiciones, la paliza del Getafe, con 49 partidos desde septiembre, es sobrecogedora. Sólo el Arsenal y el Liverpool, con una ristra de 51 y 50 encuentros respectivamente, le superan. El Barcelona es el único que le hace algo de sombra en España, con 47, los mismos que lleva el Manchester United.

Contra celebra su gol al Bayern.ASSOCIATED PRESS

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