Cartas al director

Elecciones en Taiwán

Durante las recientes elecciones presidenciales de Taiwán el pueblo taiwanés ha tenido ocasión de demostrar al mundo el desarrollo y la madurez democrática alcanzados por su sistema político. La elección presidencial, que ha tenido como consecuencia el cambio de partido gobernante al dar la presidencia al candidato del Kuomintang (KMT), Ma Ying-jeou, ha estado acompañada de la celebración de un doble referéndum en el que se pedía la opinión del pueblo sobre la participación de Taiwán en la ONU, una aspiración que año tras año desde 1993 han puesto sobre la mesa, sin éxito debido a la oposición...

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Durante las recientes elecciones presidenciales de Taiwán el pueblo taiwanés ha tenido ocasión de demostrar al mundo el desarrollo y la madurez democrática alcanzados por su sistema político. La elección presidencial, que ha tenido como consecuencia el cambio de partido gobernante al dar la presidencia al candidato del Kuomintang (KMT), Ma Ying-jeou, ha estado acompañada de la celebración de un doble referéndum en el que se pedía la opinión del pueblo sobre la participación de Taiwán en la ONU, una aspiración que año tras año desde 1993 han puesto sobre la mesa, sin éxito debido a la oposición de China continental, los sucesivos gobiernos de la isla elegidos democráticamente. El estricto requisito impuesto para que alguno de los dos referendos fuera tomado en consideración ha impedido que las consultas obtuvieran la validez necesaria, pero el resultado de ambos, mayoritariamente favorable al "sí", ha servido para demostrar que tanto el pueblo de Taiwán como sus dirigentes coinciden en el deseo de pertenecer a la ONU y de participar en sus diferentes organismos, como es el caso de la OMS, a cuya Asamblea Taiwán también intenta año tras año acudir como miembro observador.

La doble convocatoria de referendos sobre la ONU, lejos de poder ser considerada como un fracaso debido a la imposibilidad de validar las consultas, debe ser vista, por encima de todo, como una brillante demostración del buen funcionamiento tanto del sistema como de la voluntad democrática del pueblo de Taiwán, y como una soberana lección de libertad de expresión que ojalá algún día sea posible aplicar también en otros lugares de Asia que hoy son escenarios de represión, como es el caso del Tíbet.

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