Columna

Las cejas

No existe ningún colectivo profesional con más visión política que los neurólogos. Ni los expertos en demoscopia, ni los más sesudos analistas, ni los sociólogos callejeros tienen la profundidad de mira de estos científicos. Un neurólogo con solo echar un vistazo a tu cerebro puede saber a quién votas. Según un reciente estudio, se han encontrado diferencias sustanciales entre el funcionamiento de un cerebro de derechas y otro de izquierdas. La mente es un continente fabuloso que cada día nos sorprende con algún descubrimiento nuevo. Mientras nosotros andamos de aquí para allá con el periódico...

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No existe ningún colectivo profesional con más visión política que los neurólogos. Ni los expertos en demoscopia, ni los más sesudos analistas, ni los sociólogos callejeros tienen la profundidad de mira de estos científicos. Un neurólogo con solo echar un vistazo a tu cerebro puede saber a quién votas. Según un reciente estudio, se han encontrado diferencias sustanciales entre el funcionamiento de un cerebro de derechas y otro de izquierdas. La mente es un continente fabuloso que cada día nos sorprende con algún descubrimiento nuevo. Mientras nosotros andamos de aquí para allá con el periódico bajo el brazo, el río de las neuronas fluye, arrastrando nuestras ideas y cosas así. Hay personas que tienen la imaginación tatuada en la piel y, aunque a veces se equivoquen, brillan con luz propia, por eso Barack Obama podría convertirse en el primer presidente negro de los Estados Unidos. Otras, sin embargo, van por la vida con un archivo tan ordenado como un registro de la propiedad. Son tipos que nunca se han metido en un charco, se quedan siempre parados a veinte metros de lo que les gustaría hacer, toman las tostadas del desayuno con cuchillo y tenedor, colocan las latas de conserva por orden alfabético y antes de los cincuenta ya tienen que elegir entre todo lo que perdieron y lo que nunca han ganado. La mayor audacia que se le conoce a Rajoy es la de haber sobrevivido a Fraga, aparte de haber salido ileso de un accidente de helicóptero. No es que me parezca poco, pero coincidirán conmigo en que no basta para ilusionar a un país.

Para el resto de los mortales, asistir a una campaña electoral es como comprarse un jersey en las rebajas, uno ya sabe a qué se expone. No es una cuestión de gustos ni mucho menos de principios, sino de oportunidades. Y la oportunidad para un político se mide en votos. Pero aunque ya no tengamos edad de votar por amor, estarán de acuerdo conmigo en que entre un jersey de algodón y otro tejido con cilicios episcopales existen notables diferencias. Sobre todo, cuando uno ha de a llevarlo pegado a la piel cada día.

A veces la ciencia adelanta por la izquierda a los políticos y se pone de parte de los artistas. En el interior de los lóbulos frontales existe una región misteriosa donde bulle la imaginación y el deseo. Por eso el neurólogo Elkohom Goldberg dice que los seres humanos llevamos el futuro en las cejas. Fue un adelantado de la campaña de ZP.

Antes de ir a las urnas, hagan la prueba de mirar de frente a los candidatos e intenten adivinar qué clase de futuro puede esperarnos detrás de las cejas de los sucedáneos de Aznar, o en su defecto, de monseñor Rouco Varela.

Y ustedes mismos.

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