OPINIÓN

Súper Berlus

Vuelve El Caimán, Rambo, Superman, Berlusconi, Il Cavaliere. Media Italia lo celebra, la otra mitad piensa seriamente en el exilio. La España zapaterista está de moda aquí -en los colegios que ofrecen español no hay una plaza libre, los gays y los anticlericales quieren hacerle un monumento a ZP-; así que si, como parece, el 13 y el 14 de abril Silvio Berlusconi gana las elecciones otra vez, no se extrañen si empiezan a agolparse italianos en los Pirineos pidiendo asilo político.

A sus 72 años, Il Cavaliere está como una rosa y promete un futuro esplendoroso a sus compatriotas. Las medi...

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Vuelve El Caimán, Rambo, Superman, Berlusconi, Il Cavaliere. Media Italia lo celebra, la otra mitad piensa seriamente en el exilio. La España zapaterista está de moda aquí -en los colegios que ofrecen español no hay una plaza libre, los gays y los anticlericales quieren hacerle un monumento a ZP-; así que si, como parece, el 13 y el 14 de abril Silvio Berlusconi gana las elecciones otra vez, no se extrañen si empiezan a agolparse italianos en los Pirineos pidiendo asilo político.

A sus 72 años, Il Cavaliere está como una rosa y promete un futuro esplendoroso a sus compatriotas. Las medidas que ha anunciado hasta ahora tienen una ventaja: las entiende cualquiera. Aflojará la lucha contra la evasión fiscal, "que mete miedo y frena el consumo"; habrá "tolerancia cero con los rom [gitanos rumanos] que amenazan la seguridad ciudadana"; considera que sería positivo que la ONU decidiera una moratoria del aborto; dará luz verde a la alta velocidad, "boicoteada por minorías organizadas que inventan hechos ecológicos inexistentes", y construirá el puente del estrecho de Messina, "que la izquierda no ha querido hacer para no molestar las rutas de los delfines".

No necesita mucho más. Es el rey indiscutible de le battute, las bromas. Los sondeos le favorecen, los medios -los suyos y los públicos, a veces resulta duro y difícil distinguirlos- no le escatiman flores, y él se siente seguro de sí mismo en esta dulce segunda juventud que está viviendo. O eso dice él: "¡Ma che problema de gerontocracia!", dijo la otra noche en la RAI. "Todo depende de cómo te sientas. Yo, por ejemplo, en todos los campos tengo 35".

Lo cual no implica que como abuelo no sea también imbatible, según confesó en un rapto de ternura a su querido y no menos incombustible Bruno Vespa (el presentador del programa Porta a porta: "Me disfrazo de Superman con mis nietos y ellos piensan que lo soy de verdad. Un poco Superman, de hecho, lo he sido en algunos sectores", añadió. "Soy el presidente del equipo de fútbol que ha ganado más títulos que cualquier otro. Además he dado trabajo a 56.000 personas, y he distribuido bienestar por doquier".

Italia, que no anda sobrada de superhéroes, le necesita. Y si vuelve es sólo por eso, porque se siente imprescindible, insustituible: "Quizá para mí habría sido más sabio no presentarme más; pero decidme, ¿quién me sustituye?". Incluso en Estados Unidos saben eso. Sylvester Stallone, el artista más conocido como Rambo, lo dejó claro cuando le preguntaron a quién votará en las elecciones. "A McCain o a Berlusconi", dijo.

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