MODA

Desfile de forasteros

Josep Abril y el dúo Luxoir, barcelonés y valencianos, marcan la clausura de Cibeles

Moda para hombres, con acento y exiliados. Éste es uno de los perfiles de la clausura de la Pasarela Cibeles, que presentó ayer las colecciones del catalán Josep Abril y los valencianos Luxoir, como reivindicación de la moda masculina. Tras el cierre de la Pasarela Gaudí hace tres años, y pese a los intentos de devolver la moda a Barcelona con propuestas como 080 Barcelona Fashion is Everywhere, llegó ayer Abril, que debutaba en Cibeles con una mezcla del hombre tuareg y el urbanita de corte clásico. "En Barcelona ya no hay sitio para una colección como la mía, aunque se está apo...

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Moda para hombres, con acento y exiliados. Éste es uno de los perfiles de la clausura de la Pasarela Cibeles, que presentó ayer las colecciones del catalán Josep Abril y los valencianos Luxoir, como reivindicación de la moda masculina. Tras el cierre de la Pasarela Gaudí hace tres años, y pese a los intentos de devolver la moda a Barcelona con propuestas como 080 Barcelona Fashion is Everywhere, llegó ayer Abril, que debutaba en Cibeles con una mezcla del hombre tuareg y el urbanita de corte clásico. "En Barcelona ya no hay sitio para una colección como la mía, aunque se está apostando fuerte por la moda, de una forma casi radical. Me parece muy bien la idea de apoyar a los emergentes; pero no mediante una revolución, sino mediante la evolución".

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A pesar de sentirse cómodo con su debut en Cibeles, Abril encuentra graves deficiencias, "como el pan del restaurante. ¡Qué les costará poner tomate!", bromeaba ayer, relajado tras presentar algo que no enmarca en un "estilo catalán". "Quizás si algo define a los diseñadores de Barcelona es que apostamos más por el pragmatismo y menos por el espectáculo. ¡Se trata de hacer moda que se pueda vestir, no obras de arte!", añade el también director creativo de Armand Bassi.

El viaje de los valencianos Antoine Navarro y Víctor Pao, responsables de la firma Luxoir, comparte bastantes puntos en común con el de Abril. Son de fuera (Valencia), y lo suyo son los chicos.

Lo que no les une es el pragmatismo. Al menos, a juzgar por lo que se vio ayer sobre la pasarela, donde desplegaron una apuesta por los Apocalipsis bíblicos. Hombres -y su cuota de mujeres- desfilaron a medio camino entre un Robin Hood de cuero (carcaj de flechas incluido) y mujeres indias con vestidos troquelados que se convertían en plumas o flecos, con el hilo conductor de un burdeos plagado de superposiciones cromáticas. "La colección se llama Telos, que viene del griego y significa hasta el fin, un poco por la idea del Arca de Noé, después del calentamiento global. Sólo sobrevivirán los más fuertes, es una especie de multiculturalidad, de fusión de la sangre, de ahí el color granate con variaciones", explican casi de forma simultánea, como una sola voz. Las influencias multi-étnicas están inspiradas, según afirman, en el dibujante posromántico Audrey Beardesley (autor de dibujos que ilustraron obras de Oscar Wilde). "Si ves sus dibujos se encuentran enseguida las similitudes con nuestros diseños, que incluyen jerséis maxigrandes, lanas dominadas en torno al cuello, haciendo trazados, y superposición de imágenes. Él hacía algo así", añaden estos creadores a los que se les ve en la veintena, con ese aspecto transgresor. A Cibeles llegaron en febrero de 2007 como nuevas promesas de la moda. "Si algo falta a la pasarela madrileña es que apueste por más creadores de fuera", dicen. "Como nosotros que tenemos la suerte de estar aquí. Pero sabemos de muchos diseñadores, y podríamos dar nombres y apellidos, que tienen calidad y nivel para estar aquí y no están".

A la izquierda, un modelo de los diseñadores Luxoir. A la derecha, una chaqueta de lana con complementos azul tuareg de Josep Abril. / reutersEFE

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