Togas dentro de la cárcel

Sentadas, una enfrente de la otra, cosen pacientemente. Sara y su compañera Leticia (nombres ficticios) elaboran a buen ritmo una cortina. Desde hace poco cosen también togas para el Consejo General de la Abogacía Española (CGAE) gracias a un convenio entre el Consejo e Instituciones Penitenciarias. "A mí me da igual una cosa que otra", dice Sara, con la mirada descreída de quien lleva tres años y un mes en la cárcel y le quedan otros cinco por un delito de narcotráfico. "Al menos, por las togas nos pagan más".

Bajo el techo de plástico duro de la nave industrial dedicada al taller de c...

Sentadas, una enfrente de la otra, cosen pacientemente. Sara y su compañera Leticia (nombres ficticios) elaboran a buen ritmo una cortina. Desde hace poco cosen también togas para el Consejo General de la Abogacía Española (CGAE) gracias a un convenio entre el Consejo e Instituciones Penitenciarias. "A mí me da igual una cosa que otra", dice Sara, con la mirada descreída de quien lleva tres años y un mes en la cárcel y le quedan otros cinco por un delito de narcotráfico. "Al menos, por las togas nos pagan más".

Bajo el techo de plástico duro de la nave industrial dedicada al taller de costura de la prisión de Alcalá-Meco, con 630 internas, trabajan unas 20 mujeres. Además de togas, tejen uniformes, cortinas... "De todo", afirma Sara. Por su trabajo reciben al mes entre 200 y 300 euros. A través de la directora general de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo, entregaron ayer la primera toga -de las muchas que vendrán- al presidente del CGAE, Carlos Carnicer.

Una toga vale entre 270 y 450 euros; las de Alcalá-Meco, entre 143 y 215, un precio muy ventajoso para los abogados que hagan sus pedidos al CGAE.