Un Maestranza renovado da paso a grandes producciones operísticas
El espacio lírico estrena sus obras de ampliación con 'El holandés errante'
La magia del teatro parece haber impregnado también a las obras de ampliación de la Maestranza de Sevilla. El más importante espacio escénico andaluz ha crecido 4.500 metros cuadrados y se ha dotado con los últimos adelantos en maquinaria escénica y aunque el público no verá nada distinto, sí lo sentirá.
Es decir que la reforma que se inició en verano de 2005 y se ha terminado el pasado diciembre, con un presupuesto de 10.318.876 euros, será inapreciable para los afortunados que acudan mañana al estreno de El holandés errante. El misterio es muy sencillo, sin estos adelantos la ó...
La magia del teatro parece haber impregnado también a las obras de ampliación de la Maestranza de Sevilla. El más importante espacio escénico andaluz ha crecido 4.500 metros cuadrados y se ha dotado con los últimos adelantos en maquinaria escénica y aunque el público no verá nada distinto, sí lo sentirá.
Es decir que la reforma que se inició en verano de 2005 y se ha terminado el pasado diciembre, con un presupuesto de 10.318.876 euros, será inapreciable para los afortunados que acudan mañana al estreno de El holandés errante. El misterio es muy sencillo, sin estos adelantos la ópera de Wagner producida por el Teatro Comunale de Bolonia no se podría haber representado en Sevilla. La complicada escenografía con retroproyectores que tiene este montaje del griego Yannis Kokkos no cabía en el escenario de la Maestranza antes de la reforma.
"Ésta es una nueva etapa en la que tenemos que ir entrando paulatinamente, haciéndolo todo de acuerdo con el incremento de presupuesto del teatro", apunta Pedro Halffter, director artístico del Maestranza y de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla, quien estará al frente de la orquesta en las cuatro representaciones que se ofrecerán de El holandés errante.
La temporada lírica aprovechará también el sistema de plataformas horizontales deslizantes que se ha instalado en la nueva chácena de 1.100 metros cuadrados y con el que se podrán realizar los cambios de escenografía rápida y mecánicamente. Es como un mecano dividido en tres piezas que desliza la escenografía de los laterales hacia el centro y de ahí al escenario de 800 metros cuadrados. Esta técnica permitirá que el público disfrute este año, además del montaje de Kokkos, de otras dos grandes y complicadas óperas: Werther, de Massenet, que podrá verse en marzo en una producción del Teatro Regio de Turín, y Una tragedia florentina, de Zemlinsky, que llegará en mayo de la mano del Teatro de la Ópera de Francfort.
"El Teatro de la Maestranza todavía no ha tocado techo, porque Sevilla es una ciudad que demanda cada día más espectáculos líricos, como lo prueba que casi todas las entradas se agoten a las pocas horas de salir a la venta, y también se ha convertido en un destino para el turismo cultural. Me consta que muchas personas visitarán la ciudad para asistir a El holandés errante y a los recitales de Mariola Cantarero (día 4) y Cecilia Bartoli (día 6). Eso es algo que tenemos que potenciar", afirma Pedro Halffter.
El director, que se enfrenta por primera vez a este título de Wagner, cree que "la velocidad de crucero óptima" para el teatro sevillano sería pasar de las cuatro óperas representadas de esta temporada a seis. Es decir incrementar el 30% de los títulos.
Además de la enorme chácena, que servirá también para que ensayen los ballets o para almacenar escenografías cuando se programen otras actuaciones intercaladas, el nuevo Maestranza cuenta con sala de ensayos para la Sinfónica -que ha tenido que peregrinar desde su creación por varios espacios sevillanos-, con sala de ensayos para el Coro de la Asociación de Amigos del Teatro de la Maestranza, que también participa en este ópera bajo la dirección de Julio Gergely. Pero además, ambas formaciones tienen ahora vestuarios y oficinas y, en el caso de la orquesta, cuenta con siete cabinas de estudio individuales y un moderno archivo musical para las partituras. El autor de la reforma, el arquitecto Aurelio del Pozo -quien también realizó el teatro junto a Luis Marín- lo ha diseñado todo con sistema de insonorización que les permite a todos trabajar al unísono sin molestarse.