Crónica:Copa del Rey

Tiembla el campeón

El Sevilla logra la clasificación ante el Denia con dos goles en el último minuto, uno de penalti

En el estreno de los equipos de Primera en la Copa, los grandes salvaron el trámite con más sudor que brillo. Sobre todo el actual campeón, el Sevilla, que logró la clasificación ante el Denia, de Segunda B, en el último segundo y de penalti.

evilla, 4; Denia, 3

El Sevilla sigue su marcha en la competición de la que es campeón de puro milagro: de penalti en el último minuto de juego. El Denia, a dos categorías y un universo futbolístico de distancia, le remontó a los sevillanos dos goles y dejó claro, una vez más, que este equipo que dirige Manolo Jiménez no tiene e...

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En el estreno de los equipos de Primera en la Copa, los grandes salvaron el trámite con más sudor que brillo. Sobre todo el actual campeón, el Sevilla, que logró la clasificación ante el Denia, de Segunda B, en el último segundo y de penalti.

evilla, 4; Denia, 3

El Sevilla sigue su marcha en la competición de la que es campeón de puro milagro: de penalti en el último minuto de juego. El Denia, a dos categorías y un universo futbolístico de distancia, le remontó a los sevillanos dos goles y dejó claro, una vez más, que este equipo que dirige Manolo Jiménez no tiene el alma del pentacampeón que inventó Juande Ramos. El Sevilla de hoy tiene más problemas en la cabeza que en las piernas. En la primera mitad, los sevillistas dominaron claramente a sus contrincantes. Los goles de Luis Fabiano y Fazio presagiaban además un entrenamiento con público. Pero este Sevilla no es ya de roca. Un fallo de Mosquera le convirtió en un pelele relleno de virutas. El Denia logró su primer gol tras la pifia del colombiano. Pero después hizo otro, y otro más de penalti. A la brava, que es lo mismo que decir sin fútbol, los sevillistas les devolvieron la remontada. Chevantón y Kanouté, de penalti, evitaron el ridículo en el último minuto, pero no las dudas sobre el equipo y su entrenador.

Valencia, 3; Real Unión, 0

El Real Unión aterrizó en Mestalla como lo hacen los equipos que nada tienen que perder en esta descafeinada Copa. El Valencia, en plena renovación generacional, no fue la excepción. Aunque, de nuevo, Zigic se erigió en salvador de un equipo aún anodino, aunque ayer lo maquillara en los últimos minutos Joaquín.

Los hombres de Iñaki Alonso gozaron de las oportunidades más claras en el primer tiempo y despertaron las primeras dudas en Mestalla. Zigic fue titular. Suplente y goleador en la ida (2-1), tenía la oportunidad de convencer al técnico de que también puede ser un jugador de 90 minutos. De que no es sólo un revulsivo. Cometió un clamoroso error segundos antes de que finalizara la primera parte. El Valencia tenía la pelota pero ni gustaba ni era eficaz. La secuencia simbolizó la falta de acierto de los de Koeman. Y Zigic no se resignó a que esa terminara siendo la imagen del partido.

El delantero gigantón sacó al Valencia de la mediocridad. Respondió al centro de Moretti y, otra vez de cabeza, selló un potente disparo al palo izquierdo. Con el tanto y la posterior participación de Villa y Silva, el juego local ofreció una imagen radicalmente distinta. Y reencontró la gloria Joaquín, quien convirtió dos goles preciosos.

Getafe 4; Burgos, 1

El encuentro le sirvió al Getafe para dar cancha a Uche, que regresaba después de un mes lesionado, y a Gavilán, el extremo cedido por el Valencia hasta final de temporada y que ya fue azulón hace dos años. Ante sólo 2.500 espectadores -"Malos horarios, los socios no importamos", se quejaron los aficionados en una pancarta al disputarse el partido a las 17.00-, el choque nació a un ritmo lentísimo, con el Getafe dormido y el Burgos encerrado en busca de un contragolpe. Abbondanzieri apenas tocó el balón hasta el minuto 38, y uno después Uche abrió el marcador al empujar con el pecho un rechace tras disparo de Cotelo. Iturralde señaló después tres penaltis, dos a favor del Getafe. El club celebró el regreso de Uche, que justo ahora debe marcharse a la Copa de África con Nigeria, y de Gavilán, que cerró el marcador con un gran gol. El Getafe, mientras, confirmó que busca un equipo para ceder al meta Ustari.

Athletic, 2; Hércules, 0

Una falta, un penalti y tres tiros a la madera (uno del Hércules) resumieron un partido sin más historia que el resultado. Cuando en San Mamés se escuchan los gritos de los futbolistas es que algo falla en el entorno. Algo falla en la Copa, indudablemente; tanto falla, que un torneo especialmente querido en Bilbao casi, casi, pasó de puntillas por la catedral. Se oía gritar a los jugadores porque el público tenía más motivos para callar que para animarse y animar a la tropa. El silencio en San Mamés suele ser estruendoso.

Y es que un gol del Hércules le metía al Athletic en un laberinto de difícil salida. Caparrós alineó a todo lo que tenía (lesionados aparte), incluido Garmendia, que lo mismo pasa de transferible a titular, que de suplente a la grada. El partido se igualó, en la primera mitad, en casi todo, menos en Tote que en la primera mitad dió un recital del perfecto medio punta. Que conste, el Athletic sólo fue capaz de robarle un balón, ya jugara de espaldas o de frente.

El descanso motivó al Athletic que decidió tirar de corazón para someter al Hércules a un acoso a base de ritmo y de presión. Pero el gol se le resiste al Athletic, pero una buena falta puede aliviar cualquier estrés. David López se sacó un disparo magistral con la derecha. Luego, un riguroso penalti maquilló de extraña comodidad el resultado. No fue para tanto.

Depor, 1; Espanyol, 2

El Depor lleva mucho tiempo con la puntería extraviada y el problema se agudiza en Riazor. Ha sido incapaz de ganar en su campo desde septiembre y la afición sólo ha celebrado seis goles. Al Depor le valía ayer el empate a cero ante el Espanyol. Miguel Ángel Lotina, apretado por la posición en Liga, confió la eliminatoria al mismo bloque de la ida. Valverde quiso aprovechar todos los recursos de su plantilla, aunque dejó en el banquillo a De la Peña y a Tamudo. Los primeros 45 minutos fueron de una placidez absoluta para el equipo de Valverde, que se adelantó en el minuto 15 con una delicia de Luis García.

El asunto cambió tras el descanso. El Depor encontró en el vestuario la chispa para asediar el área. El empate llegó por insistencia. De penalti. Sergio, formado en la cantera del Espanyol, reclamó la responsabilidad y engañó a Lafuente con solvencia.

Quedaban 30 minutos para deshacer el empate en la eliminatoria. Ante el cariz que tomaba el encuentro, Valverde buscó su oportunidad a la contra, con Tamudo y De la Peña en el campo. Ya en tiempo añadido, De la Peña comenzó a distribuir la pelota con astucia y el Espanyol a parecerse al equipo que se mueve con desparpajo por los puestos de Liga de Campeones. Ocurrió que el Depor juega con delanteros y el Espanyol con goleadores. El deportivista Filipe envió al poste desde fuera del área. Nadie apareció para recoger el rechace. En la respuesta, Tamudo peinó un centro preciso de De la Peña.

Luis Fabiano intenta regatear al portero del Denia, Juanma, ayer en Sevilla.EFE
Uche, a la izquierda, y Andrés intentan cabecear un balón.EFE

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