Columna

¡Arre, caballo!

No salía de mi asombro el otro día cuando vi aquel caballo desbocado que galopaba en dirección contraria por la M-30. Si la foto me impactó, no me cuesta imaginar la reacción de los conductores que se cruzaban absortos con el animal. Aquello era toda una metáfora de algo extraño. Una manera inusual de despedir el año, la prueba de que hay algo en nuestras vidas que chirría.

Parecía un anuncio de Pegaso o de un último modelo todoterreno. También podría ser el rodaje de cualquier película con efectos especiales en vivo y en directo, porque, lo que es de real, la cosa tenía poco. Pero ¿y s...

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No salía de mi asombro el otro día cuando vi aquel caballo desbocado que galopaba en dirección contraria por la M-30. Si la foto me impactó, no me cuesta imaginar la reacción de los conductores que se cruzaban absortos con el animal. Aquello era toda una metáfora de algo extraño. Una manera inusual de despedir el año, la prueba de que hay algo en nuestras vidas que chirría.

Parecía un anuncio de Pegaso o de un último modelo todoterreno. También podría ser el rodaje de cualquier película con efectos especiales en vivo y en directo, porque, lo que es de real, la cosa tenía poco. Pero ¿y si fuera una señal, un aviso entre apocalíptico y surrealista de algo que se nos viene encima sin que podamos hacer nada por evitarlo? ¿Será que los gobernantes del PP, con esa Esperanza Aguirre que quiere ponernos a jugar al golf en los parques públicos, quieren arreglar el problema del tráfico iniciándonos en la equitación? Como no tengo la costumbre de ser agorero, ni suelo dar crédito a pamplinas que requieren fe en el más allá, me incliné a deducir algo más razonable, o de andar por casa si lo prefieren.

Por la hora -eran las once de la mañana, según las crónicas-, lo más probable es que el pobre animal hubiese escuchado en la radio las chorradas que acababa de decir la delegada del Gobierno, doña Soledad Mestre, que poco antes había hecho una ristra de declaraciones sin desperdicio a la cadena SER. Con un tono que encerraba insoportables aires de superioridad, la mujer se empeñó en hacernos creer que lo negro es blanco y viceversa. Que si ha disminuido la delincuencia, que miremos las cosas en su justo término, que las cifras no dan la razón a quienes se alarman cuando ven la cara magullada de José Luis Moreno en la televisión tras sufrir la paliza de unos ladrones en su casa. Que comparemos nuestros niveles de delincuencia con las grandes ciudades europeas como Roma o París. Total, que esto es Disney. Que el hecho de que unos macarras entren con armas en un sitio tan poco concurrido como IKEA para tan sólo llevarse 11.000 euros no es para preocuparse.... ¿De qué hubieran sido capaces por más dinero? Escuchándola, a cualquiera nos podrían haber entrado ganas más que justificadas de salir al galope.

Pero, también, el caballo podía haberse topado con uno de esos árboles de Navidad que ha plantado el Ayuntamiento en las calles de la capital. Y no sólo por ese diseño -al parecer, según las malas lenguas, plagiado- de capuchones posmodernos, de piruletas gigantes o de tiendas apaches recalificadas que lucen, sino porque alguien le debió soplar lo que los adornos le han salido al bolsillo del contribuyente. El que está instalado en el Retiro, según ha desvelado el grupo municipal socialista, ha costado 495.483 euros. El total de la plantación ha requerido la broma de 5,6 millones. Poca cosa si tenemos en cuenta que es más de lo que se dedica en todo el año a actividades culturales de barrios como Vallecas, Vicálvaro o Moratalaz. Una inversión segura para estos 15 días de fiesta. Ya, metidos en deudas, en fin, ¿qué más da? ¡Vamos a engalanarnos!

De no ser por ese motivo, a lo mejor el caballo tiró por la calle del medio mientras esperaba al metro asqueado por la basura esparcida alrededor y el ambiente hediondo que había dejado la huelga de limpieza. Mierda para el ciudadano. Es lo que, al parecer, se merecen. Aunque lo más seguro es que llegara desbocado de la Gerencia de Urbanismo. Quién sabe si le dio por ir a pedir una licencia para un establo, y vete tú a saber qué cantidad le pidieron unos que estaban allí, con los matasuegras, las serpentinas y el cava en pleno guateque.

Pero es que, dándole a la chirigota, no dejan de ocurrírseme motivos para explicar la huida del pobre ejemplar equino. A ver si es que se topó con una manifestación liderada por Rouco o Alcaraz... Mira tú que si nadie le hizo caer en la cuenta de que andan por ahí sueltos amedrentadores de médicos y del personal que trabaja en clínicas donde se practican abortos legales. ¿Y si el caballo mismo es otra figurita desterrada del nacimiento de Esperanza Aguirre? Si se cargó al Niño Jesús, anda que no la iba a tomar con un figurante. Feliz año.

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