Cartas al director

En la muerte de Benazir Bhutto

En la hora de su muerte, muchas cosas pueden decirse de Benazir Bhutto. Algunas buenas y algunas malas. Sin embargo, pocas personas pueden dudar de lo que esta mujer ha significado para la política internacional. Hija de un político de la talla de Alí Bhutto, puede equipararse como una de las herederas de viejas dinastías políticas como los Gandhi en la India o los Kennedy de Estados Unidos. Por otra parte, su fisiología le iguala a personajes de la talla de Golda Meir o Margaret Thatcher, pues fue pionera en sustentar el poder en Pakistán con su doble condición de mujer y musulmana, hasta aho...

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En la hora de su muerte, muchas cosas pueden decirse de Benazir Bhutto. Algunas buenas y algunas malas. Sin embargo, pocas personas pueden dudar de lo que esta mujer ha significado para la política internacional. Hija de un político de la talla de Alí Bhutto, puede equipararse como una de las herederas de viejas dinastías políticas como los Gandhi en la India o los Kennedy de Estados Unidos. Por otra parte, su fisiología le iguala a personajes de la talla de Golda Meir o Margaret Thatcher, pues fue pionera en sustentar el poder en Pakistán con su doble condición de mujer y musulmana, hasta ahora la única que ha habido en un país musulmán. Su exquisita educación en universidades occidentales no le impidió sentirse comprometida con los más tradicionales valores del islamismo moderado; eso sí, con una pátina democrática de estilo anglosajón a la cual ella nunca renunció. Abandonó su cómodo exilio londinense para jugarse la vida y, a la postre, perderla. La sombra de la corrupción y el nepotismo siempre la perseguirá, pero su brillantez política y su carisma dejarán huérfanos a un país que, sin duda alguna, acaba de perder a su político de más talento. Descanse en paz.

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