Papá y Mamá Noel van a la cárcel

Los hijos de los reclusos de Aranjuez reciben regalos en la prisión

La pequeña Marina se queda embobada cuando entra en la sala Papá Noel, con su tripa abultada y su barba blanca. Llega acompañado de una Mamá Noel poco ortodoxa vestida en minifalda, pero a la pequeña le da igual y apenas si pestañea mientras, uno tras otro, todos los niños reciben sus regalos.

Tiene dos años y tres meses. Lleva desde que era un bebé en el módulo F1 del centro penitenciario Madrid VI, en Aranjuez, una experiencia única en España. Allí vive con sus padres, Manuel Muñoz y Ramona Montoya, desde que el tráfico de drogas les llevó a la cárcel.

Ayer, junto a más de una ...

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La pequeña Marina se queda embobada cuando entra en la sala Papá Noel, con su tripa abultada y su barba blanca. Llega acompañado de una Mamá Noel poco ortodoxa vestida en minifalda, pero a la pequeña le da igual y apenas si pestañea mientras, uno tras otro, todos los niños reciben sus regalos.

Tiene dos años y tres meses. Lleva desde que era un bebé en el módulo F1 del centro penitenciario Madrid VI, en Aranjuez, una experiencia única en España. Allí vive con sus padres, Manuel Muñoz y Ramona Montoya, desde que el tráfico de drogas les llevó a la cárcel.

Ayer, junto a más de una veintena de familias, y gracias a la ONG Horizontes Abiertos, dirigida por el jesuita Jaime Garralda, celebraban su particular Navidad. Con villancicos, regalos, globos y "comida especial". Sus padres se han arreglado. "Estar aquí, juntos, y poder disfrutar de ella nos hace felices, dentro de la dificultad", explica Ramona.

Una vez repartidos los regalos, los niños, Ismael, Arancha, Sheila, Jaime o Lucía, los abren con avidez: son muñecos, cocinitas y demás juguetes. Para las madres también hubo obsequios, sobre cosmética. "Para los padres, un saludo", sonríe Christian, ecuatoriano, que no se separa de su esposa Estefanía y su pequeño de 10 meses, que aún tiene lágrimas en los ojos. El gordinflón de barba blanca le ha asustado.

Uno de los niños que vive en el centro penitenciario Madrid VI recibe un regalo de Papá y Mamá Noel.BERNARDO PÉREZ
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