TIEMPO MUERTO

Por fin, hoy me operan

Hoy, temprano, aquí en Baltimore, cerca de Washington, seis horas menos que en España, entro en el quirófano. Se trata de una operación muy sencilla. El tobillo izquierdo, del que fui operado en marzo, no se va a tocar, aunque aprovecharán la necesidad de tratar la nueva lesión que observaron al efectuarme una resonancia y que no tiene nada que ver con aquélla para implantarme una placa en el peroné. Pero eso es algo que ya sabíamos de antemano y que, en todo caso, habría tenido que hacerse al cabo de algún tiempo: al final de la temporada, dentro de un año o de dos, cuando fuera. Lo que pasa ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Hoy, temprano, aquí en Baltimore, cerca de Washington, seis horas menos que en España, entro en el quirófano. Se trata de una operación muy sencilla. El tobillo izquierdo, del que fui operado en marzo, no se va a tocar, aunque aprovecharán la necesidad de tratar la nueva lesión que observaron al efectuarme una resonancia y que no tiene nada que ver con aquélla para implantarme una placa en el peroné. Pero eso es algo que ya sabíamos de antemano y que, en todo caso, habría tenido que hacerse al cabo de algún tiempo: al final de la temporada, dentro de un año o de dos, cuando fuera. Lo que pasa es que, al haberme detectado esa necrosis en la tibia, una lesión que requiere un tratamiento que dura un tiempo indeterminado, se ha decidido aprovechar para solventar ambos problemas.

Más información

No me han dado plazos de recuperación. Habrá que ver cómo responde la tibia día a día, cómo reacciona el hueso. La recuperación del peroné necesitaría un mes y medio. La de la tibia será un poco más larga, espero que poquito más. Pero vamos a ser precavidos.

El cirujano que me intervendrá es el doctor Mark Myerson. Como ya comenté hace un par de semanas, es una eminencia en la materia. Cuando le visité, me transmitió mucha confianza. Por eso he decidido que sea él quien me opere en la clínica donde ejerce.

Los Raptors han estado de acuerdo. Me desplacé ayer a Baltimore, a poco más de una hora en avión de Toronto, acompañado por el fisioterapeuta del club y mi amigo Ray Chow.

Trato de no perder la moral. Me baso en mi anterior experiencia, cuando fui operado del tobillo izquierdo y me pasé seis meses de baja, durante los que tuve que seguir un duro programa de recuperación. Entonces fui operado en el Western Hospital, de Toronto.

Pienso en que ahora la cirugía que preciso es bastante menos complicada. Los plazos de recuperación son menores. Me han asegurado que el dolor tampoco tiene nada que ver con el que sufrí durante las primeras semanas posteriores a la anterior operación. Los médicos me han comentado que no hay comparación posible. Ahora, con los inconvenientes que supone el hecho de meterte en un quirófano y ser anestesiado, la cosa debe de ser mucho más leve.

No sé cuánto tiempo permaneceré en Baltimore. Eso dependerá de la decisión del médico. De hecho, me ha comentado que, sobre el papel, el día siguiente a la operación podría irme ya a casa. Pero, dado que tengo que tomar un vuelo de regreso a Toronto, es posible que deba esperar algún día más.

En estos momentos, como sucedió cuando me operé la otra vez, pienso en la gente que me aprecia y que está conmigo. Sé lo mucho que todas estas personas se preocupan por mí y, como pasó entonces, eso me va a motivar muchísimo en el objetivo de restablecerme y poder volver a jugar lo antes posible. Por supuesto, espero que mi equipo, una vez que vaya recuperando a otros jugadores que se han ido lesionando a lo largo de las últimas semanas, caso, por ejemplo, de Bosh, Ford o Bargnani, vaya mejorando como ya demostró en el partido que ganó el domingo contra Houston. Tiempo tendremos para hablar un poco más a fondo de la temporada y de lo bien que lo está haciendo José Manuel Calderón. Ahora, por fin, ha llegado el día de pasar por el quirófano.

Archivado En