Bestiario femenino

Bestiaria, nombre del blog que elabora Carolina Aguirre desde hace dos años y medio, tiene todas las papeletas para alimentar polémicas. Relatos y artículos sobre mujeres, descripciones de grandes damas reales e imaginadas, contradicciones y estereotipos femeninos, amores imposibles... ¿Cuántas mujeres pueden sentirse reflejadas en estos comentarios? ¿Cuántas se sentirán contrariadas por el retrato que dibuja el blog? ¿Un espacio exclusivo para el universo femenino no equivale a confinarlo y recaer en los clichés? Juzguen quienes lo lean, ya que si algo tiene Bestiaria es que no ...

Bestiaria, nombre del blog que elabora Carolina Aguirre desde hace dos años y medio, tiene todas las papeletas para alimentar polémicas. Relatos y artículos sobre mujeres, descripciones de grandes damas reales e imaginadas, contradicciones y estereotipos femeninos, amores imposibles... ¿Cuántas mujeres pueden sentirse reflejadas en estos comentarios? ¿Cuántas se sentirán contrariadas por el retrato que dibuja el blog? ¿Un espacio exclusivo para el universo femenino no equivale a confinarlo y recaer en los clichés? Juzguen quienes lo lean, ya que si algo tiene Bestiaria es que no deja impasible.

Para comprobarlo, sólo hay que asomarse a entradas como 50 formas de tener un orgasmo, Las 50 fantasías más comunes de las mujeres, Las 50 frases que más detestan las mujeres, 21 prejuicios del mundo femenino y Las cinco mujeres de las que se enamoran todos los hombres. La autora previene a quienes se lo tomen al pie de la letra: sus comentarios y premisas encierran "un germen de verdad que yo me encargo de exagerar, tergiversar o parodiar".

Carolina Aguirre (de 29 años) confiesa: "La idea es reflejar ese pensamiento íntimo, angustiante, emocional, verborrágico y compulsivo de las mujeres". Y el resultado es que los hombres casi nunca se ofenden, pero las mujeres "muchas veces se confunden porque les cuesta ver esa versión parodiada o deformada de sí mismas, y es entonces cuando se generan las mayores reacciones". Están las que "se enojan porque sienten que soy una suerte de traidora al género y que debería, como mínimo, hablar de la mujer como una heroína pisoteada e incomprendida por el hombre". Mejor no olvidar que se trata de "una hipérbole infantil e irracional de mí misma".