Análisis:A la parrilla

Dos Pakistanes

Las parrillas televisivas obligan a veces a extrañas convivencias. La 2 emitió el domingo por la noche, dentro de su espacio En portada, un buen reportaje de Pilar Requena sobre la convulsa realidad de Pakistán. La periodista indagaba en muchas direcciones y conseguía dar una idea muy articulada y compleja del delicado momento. El reciente estado de excepción, declarado el 3 de noviembre por el general Pervez Musharraf; la vuelta de Benazir Bhutto, con el violento atentado; las detenciones masivas de opositores, entre ellos el popular jugador de críquet Imran Jan, líder del Movimiento por la J...

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Las parrillas televisivas obligan a veces a extrañas convivencias. La 2 emitió el domingo por la noche, dentro de su espacio En portada, un buen reportaje de Pilar Requena sobre la convulsa realidad de Pakistán. La periodista indagaba en muchas direcciones y conseguía dar una idea muy articulada y compleja del delicado momento. El reciente estado de excepción, declarado el 3 de noviembre por el general Pervez Musharraf; la vuelta de Benazir Bhutto, con el violento atentado; las detenciones masivas de opositores, entre ellos el popular jugador de críquet Imran Jan, líder del Movimiento por la Justicia; el ambiente tenso que se vive en las madrassas, escuelas coránicas muchas de ellas financiadas por Arabia Saudí y lideradas por barbudos santones que no dudan en incluir a España entre sus principales enemigos (brrr); todo ello mezclado con la guerrilla yihadista en la frontera con Afganistán, donde se supone que Bin Laden tiene su cuartel general. Pero más allá de los actores políticos, la cámara recogía testimonios de artistas, cooperantes y hasta un profesor de una escuela salesiana de formación profesional. Una situación explosiva, donde uno de cada diez niños muere sin haber cumplido los cinco años, por citar uno de los muchos datos que el reportaje proporcionaba y que te dejaban el desasosiego metido en el cuerpo: ¿por dónde empezar a remediar una realidad tan compleja y polimórfica?

Por ello sorprendía el reportaje que venía a continuación. El equipo de Al filo de lo imposible (La 2) conquistaba el Gasherbrum 3, una cima de 7.952 metros situada… ¡en Pakistán! Un Pakistán sin gente, sólo con los alpinistas Jon Beloki y Alberto Iñurrategui midiéndose valientemente con la majestuosa cumbre. ¿Era de verdad éste el mismo país que salía en el reportaje anterior? ¿Cómo se casa tanta inestabilidad política y social y tanta insurgencia social con la práctica solitaria, espiritual casi, del alpinismo de primer nivel? La verdad es que uno se iba a dormir la otra noche con las ideas sobre Pakistán más confusas que antes de ver la tele.

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